Proyecto innovador que utiliza el plástico en la construcción de lo que podría ser las carreteras del futuro, y así solucionar en parte uno de los factores más contaminantes de nuestra vida moderna.
En la ciudad de Salo, Finlandia se están desarrollando pruebas del prototipo de recargas dinámicas. La compañía Magment ha comenzado a operar en el mercado de transporte urbano, esperando que en dos o tres años esta tecnología se desarrolle en todo el mundo, dice el físico colombiano Mauricio Esguerra.

Mauricio Esguerra, colombiano licenciado en Física por la Universidad de Múnich y doctorado en la universidad estatal de Ohio, actualmente radicado en Múnich y cofundador de la empresa Magment, junto al alemán Ralf Lucke, quien ha obtenido el premio de la innovación alemana este año, desarrollaron una idea que contribuirá a dar un nuevo uso al plástico. Esguerra dijo para la DW “Estuve trabajando mucho en la división de componentes pasivos, especialmente en magnetismo, en Siemens” para construir y desarrollar este proyecto.
El colombiano de la mano con su socio, llevan trabajando 28 años en la búsqueda de nuevas aplicaciones y materiales para crear proyectos como el hormigón magnetizable, que permite purificar agua que podría usarse en situaciones de emergencia en países en desarrollo sin fuente de energía, explican para la DW.
El proyecto de las carreteras de plástico magnético data en 1996, con la innovación de combinar el plástico con cerámicas magnéticas, el problema era que está unión tenía una limitación, “en el momento que se excede cierto límite, el material no funciona. Por este motivo, había que buscar otra posibilidad y en un momento de frustración se nos ocurrió usar cemento que se distingue por su capacidad de crear campos magnéticos y recargar vehículos eléctricos tanto estáticos como en movimiento” explicó el físico Esguerra.
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Esta tecnología con múltiples ventajas, hace que la empresa Magment, especializada en carga inalámbrica dinámica, sea la única empresa en el mundo que cuenta con esa tecnología, al ser un aporte al medio ambiente, basado en un modelo de economía circular porque “no solo proviene del reciclaje, le damos vida infinita a un material pues en el mundo se producen 300.000 toneladas al año de cerámica plástica y su tasa de desperdicio es del 12%, es decir que 25.000 toneladas son residuos”. Aclara Mauricio Esguerra.
El físico afirma, que la recarga inductiva puede reducir el tamaño de las baterías, que son contaminantes del agua en sus distintos procesos, pues gracias a la recarga de los automóviles sobre la carretera, ya no se necesitan baterías enormes para poder realizar largos recorridos.