Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

Francisco:”Señor Jesús, revive en nosotros la esperanza de la resurrección y tu victoria definitiva contra todo mal y toda muerte”

El papa Francisco presidió el Vía Crucis cuyas meditaciones estuvieron a cargo de la hermana Eugenia Bonetti, religiosa misionera de la Consolata, presidente de la Asociación Slaves no more (Ya no más esclavos) que ayuda a rescata personas de la trata y las acompaña luego en el proceso.

Francisco lamentó que los migrantes que huyen de sus países en conflicto encuentren “las puertas cerradas por el miedo y los corazones blindados de cálculos políticos”, además aprovechó para criticar la codicia y el poder, y que haya familias que se vean “destruidas por la traición, por las seducciones del maligno” o por el egoísmo.

- Patrocinado -


Citó como las cruces del mundo la “de las personas hambrientas de pan y de amor”, la de las personas “abandonadas incluso por sus propios hijos y parientes”, la de los “pueblos sedientos de justicia y paz” y la de “las personas que no tienen el consuelo de la fe, de los ancianos que se arrastran bajo el peso de los años y la soledad, y de los niños heridos en su inocencia y en su pureza”.

Criticó “la humanidad que vaga en la oscuridad de la incertidumbre y en la oscuridad de la cultura del momento”, y deploró que haya personas que sean rechazadas y marginadas.

Francisco también mencionó a los creyentes que, teniendo fe y “tratando de vivir de acuerdo” con la palabra de Dios, “se encuentran marginados y dejados de lado incluso por sus familiares y sus compañeros” y a los consagrados que intentan llevar la luz de Dios en el mundo y se sienten ridiculizados y humillados.

Por último, cargó contra las debilidades de los seres humanos, su hipocresía, sus traiciones, sus pecados y sus promesas rotas; y también contra el egoísmo que ciega a los hombres por la codicia y el poder.

“Señor Jesús, revive en nosotros la esperanza de la resurrección y tu victoria definitiva contra todo mal y toda muerte”, concluyó. De esta manera, el Papa puso fin al rito del Víacrucis, que como es tradición se celebró en el Coliseo romano, símbolo de la persecución y del sufrimiento de los primeros cristianos.

Este Viernes Santo el papa también conmemoró la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro del Vaticano, en un acto en el que el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, pidió a las religiones que no permanezcan indiferentes ante la pobreza.

Jorge Bergoglio asistió a la ceremonia vestido con paramentos rojos, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro y en silencio, sin pronunciar ninguna homilía, pues la Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión.

El pontífice continuará este sábado los ritos de Semana Santa con la Vigilia Pascual, que presidirá en la basílica vaticana, mientras que el Domingo de Resurrección celebrará una misa en la plaza de San Pedro del Vaticano y después impartirá desde la logia central de la basílica la tradicional bendición “Urbi et Orbi” (A la ciudad y al mundo).

A continuación el texto completo de la oración que rezó el Papa Francisco.

Señor Jesús, ayúdanos a ver en Tu Cruz todas las cruces del mundo;
la cruz de las personas hambrientas de pan y de amor;
la cruz de las personas solas y abandonadas por sus propios hijos y parientes;
la cruz de las personas sedientas de justicia y de paz;
la cruz de las personas que no tienen el consuelo de la fe;
la cruz de los ancianos que se arrastran bajo el peso de los años y la soledad;
la cruz de los migrantes que encuentran las puertas cerradas a causa del miedo y de los corazones blindados por cálculos políticos;
la cruz de los pequeños, heridos en su inocencia y en su pureza;
la cruz de la humanidad que vaga en lo oscuro de la incertidumbre y en la oscuridad de la cultura de lo momentáneo;
la cruz de las familias rotas por la traición, por las seducciones del maligno o por la homicida ligereza del egoísmo;
la cruz de los consagrados que buscan incansablemente portar Tu luz en el mundo y que se sienten rechazados, ridiculizados y humillados;
la cruz de los consagrados que en su caminar han olvidado su primer amor;
la cruz de tus hijos que, creyendo en Ti y buscando vivir según Tu palabra, se encuentran marginados y descartados incluso por sus familiares y sus coetáneos;
la cruz de nuestras debilidades, de nuestras hipocresías, de nuestras traiciones, de nuestros pecados y de nuestras numerosas promesas rotas;
la cruz de Tu Iglesia que, fiel a Tu Evangelio, se fatiga para llevar Tu amor también entre los mismos bautizados;
la cruz de la Iglesia, Tu esposa, que se siente asaltada continuamente en lo interno y lo externo;
la cruz de nuestra casa común que seriamente se marchita bajo nuestros ojos egoístas y cegados por la codicia y el poder.
Señor Jesús, reaviva en nosotros la esperanza de la resurrección y de Tu definitiva victoria contra todo mal y toda muerte. ¡Amén!

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares