Los salones de belleza son parte importante para recrear personajes que usan disfraces elaborados con todo tipo de materiales y artefactos para personificar a alguna figura. En esa locura de hacer lo más real al personaje se alquilan lentes de contacto cosméticos, sin tener en cuenta el espeluznante peligro que ofrecen estos adminículos que deben ser totalmente personales.
Algunos los compran en farmacias o por Internet, sin tener en cuenta las características de sus ojos y la posibilidad, cierta, de generar daños o por lo menos lesiones desde irritaciones a rasguños en la córnea. Todos los ojos humanos son diferentes, si el lente no es compatible con la curva del ojo puede generar daños que lo llevarán al oculista.
Al usar lentes que simulan los ojos de zombis, gatos, brujas, entre otros personajes, es posible que los materiales de los colores, pigmentación de las lentillas, no logren la mejor lubricación sobre la córnea obstruyendo la oxigenación afectando la córnea y generando por consiguiente la visión.
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Si son lentillas alquiladas, puede generar conjuntivitis considerando los ambientes de rumba donde la temperatura y el aire enrarecido hacen que las bacterias se reproduzcan rápidamente en el ojo, aumentando el riesgo de contraer conjuntivitis e infecciones en la córnea, eso sin considerar si fueron debidamente higienizados.
Finalmente, la causa más aterradora que se debe evitar, al usar estos artefactos como elementos de disfraz, es intercambiarlos con otras personas o no lavarse las manos antes de colocarlos, debido a que los gérmenes se desplazan de ojo a ojo y al no tener una higiene extremadamente importante cuando se trata de estas lentillas, el susto y el horror de los ojos de zombi o vampiro le puede quedar a la persona, por mucho más tiempo que una noche.