Por: Juan Felipe Sosa Amaya
Según el Programa Mundial contra los Mosquitos, estos insectos contagian a 700 millones de seres humanos al año con enfermedades como: chikungunya, zika, o dengue. Esta última se registra en más de 11 millones de personas en lo corrido del 2024, el peor año de contagio.
En América Latina, el principal transmisor de estas enfermedades es el mosquito Aedes aegypti, una especie que se encuentra predominantemente en zonas tropicales del continente, aunque su origen se sitúa en África. Este mosquito se reproduce en ambientes húmedos, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar la acumulación de agua estancada para frenar su propagación.
Uno de los métodos más efectivos para protegerse de estos insectos son los repelentes comerciales, que ayudan a prevenir las picaduras. Estos productos contienen un químico llamado N,N-dietil-meta-toluamida (DEET), un líquido incoloro que actúa como un potente agente repelente, alejando a los mosquitos. Sin embargo, el uso excesivo de DEET puede afectar a la salud.
Las esencias naturales como repelentes
Aunque las recomendaciones que sugiere la OMS son importantes, el resultado no parece favorable, pues aún se presentan altos casos de enfermedades transmitidas por los mosquitos. El uso de repelentes puede ser efectivo, pero su aplicación excesiva ha disminuido su eficacia, ya que los mosquitos desarrollan resistencia.
Una investigación de la Facultad de Ciencias de la Empresa de la Universidad Continental en Perú, llamada “Efectividad de repelencia de jabón a base de esencias naturales contra mosquitos Aedes aegypti”, descubrió que estas esencias naturales pueden servir como repelentes para los mosquitos y protección para evitar las picaduras.
Los repelentes sintéticos son efectivos pero pueden causar efectos adversos en la piel, lo que ha llevado a la investigación de alternativas naturales. Este estudio evaluó la efectividad de jabones a base de esencias naturales (menta, lavanda y vainilla) contra el Aedes aegypti.
El estudio se enfocó en evaluar el efecto repelente de aceites esenciales de dos especies vegetales. Estos aceites fueron extraídos mediante destilación por arrastre de vapor y se mezclaron con jabones líquidos neutros, algunos de los cuales también contenían esencia de vainilla. El experimento se realizó con cinco hombres, de entre 25 y 35 años, que fueron expuestos a las picaduras de 50 hembras de mosquitos Aedes aegypti, durante dos horas.
Los resultados mostraron que los jabones de lavanda y vainilla ofrecieron una alta repelencia inicial, con una efectividad del 100% en el primer minuto. Sin embargo, la eficacia disminuye con el tiempo pues se registraron nueve picaduras después de dos horas, siendo el jabón de lavanda-vainilla el más efectivo a largo plazo. El de menta mostró una menor repelencia con 46 picaduras, aunque el aceite posee reconocidas propiedades insecticidas.
Según Felipe Borrero Echeverry, Presidente de la Junta Directiva de la Sociedad Colombiana de Entomología: ”Existen muchos estudios sobre el uso de diferentes compuestos naturales y aceites esenciales como repelentes de mosquitos. Entre ellos, la vainillina (derivada de la vainilla), el aceite de eucalipto limón, la limonaria, la citronela y muchos otros. Aunque muchos de estos pueden ser efectivos su duración es muy poca y no son registrados por las autoridades de salud y ambientales”.
Aunque el estudio sugiere que los aceites esenciales podrían ser una alternativa menos tóxica y más económica a los repelentes sintéticos, se necesitan más estudios para validar estos hallazgos en diferentes regiones, donde los casos de dengue, Zika y Chikungunya están en aumento.
“Si están en zonas de alto riesgo de enfermedades tropicales (malaria, dengue, chikungunya) yo recomendaría utilizar repelentes a base de DEET, cuya efectividad ha sido estudiada y comprobada. A mi personalmente me gusta el DEET de barra disuelto en menticol con unas cuantas gotas de aceite de citronela”, explicó el doctor Borrero.
Sin embargo, explica que además del uso de repelentes, se pueden incorporar otras medidas como el uso de toldos tratados en zonas de riesgo, la fumigación y la reducción de zonas de cría de mosquitos en zonas urbanas, como lo son las aguas estancadas en llantas, baldes, tanques expuestos etc.
“En el caso de enfermedades como la fiebre amarilla, la vacunación también es fundamental”, sostuvo el experto. Y es que, según el Instituto Nacional de Salud, en Colombia se registraron más de 55 mil casos de dengue en lo corrido de este año. En consecuencia, la Cruz Roja aprobó una nueva vacuna en los últimos días llamada Qdenga contra este padecimiento, sin embargo la invitación es no bajar la guardia y seguir al pie de la letra las medidas en contra de esta enfermedad.
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