Por: Lorena López Bustos
El bogotano Javier Acosta conmocionó a Colombia cuando decidió recurrir a la eutanasia tras padecer una dolorosa enfermedad que él atribuyó a un hongo contraído en una piscina. Sin embargo, el verdadero villano en su historia fue la Cándida auris, un hongo multirresistente cuya peligrosidad ha sido documentada por la ciencia, pero ¿cómo se contrae realmente esta infección y qué riesgos representa para quienes la enfrentan?
Según diversos registros, el primer caso reportado de Cándida auris fue en un hospital geriátrico en Japón, en el año 2009. Sin embargo, hasta el 2015 se prendieron alertas epidemiológicas en todo el mundo por aumentos de casos de esta especie.
En 2016, el Instituto Nacional de Salud y el Ministerio de Salud emitieron una alerta nacional en Colombia, que alcanzó alrededor de 2.000 casos reportados hasta 2022. Para entender cómo se desarrolla este hongo, es necesario conocer de dónde proviene y cómo afecta el sistema inmunológico de las personas que lo contraen.
¿Qué es y cómo funciona?
La Cándida auris es una clase de levadura (hongo) que puede provocar graves infecciones, principalmente contraídas en ambientes hospitalarios o ancianatos, atacando pacientes que tienen el sistema inmunológico debilitado. Cuando la Cándida auris entra en el cuerpo, puede generar una infección compleja en la circulación sanguínea y los órganos, poniendo en riesgo la vida de la persona quien la contrae.
Este hongo suele ser resistente a distintos medicamentos utilizados para combatirlo, lo que complica su tratamiento y llega a causar infecciones sanguíneas, urinarias, pulmonares y de heridas quirúrgicas, como en el caso de Javier Acosta.
En un estudio publicado en el año 2020, la investigadora Alejandra Zuluaga Rodríguez —de la Unidad de Micología Médica y Experimental, de la Corporación para Investigaciones Biológicas CIB, (Medellín, Colombia)— en el que planteaba estrategias y retos para prevenir un brote, asimismo la falsa identificación del microorganismo por parte de laboratorios.
Zuluaga aseguró que la identificación de la Cándida auris es un reto, debido a que la mayoría de los métodos diagnostican de manera errónea los casos de aislamiento por este hongo. Hasta la fecha, la manera más precisa de identificarlo es mediante pruebas específicas que, por sus altos costos, no son implementadas al 100% en los laboratorios.
Otra investigación publicada el 8 de enero del 2019, por Claudia Marcela Fernández Chagüendo, Ingrid Johana Girón Mera y Darío Fernando Muñoz Mora, de la Facultad de Ciencias de la Salud Universidad del Cauca, reportó un caso de paciente de 48 años en Popayán (Colombia), que padecía una osteomielitis producida por Cándida auris. El paciente presentaba antecedentes como fractura de cabeza femoral, paraplejia por impacto de bala, vejiga neurogénica, secreciones purulentas (infección bacteriana) y mal olientes que se convertían en ulceras (lesiones). Tras una resonancia, se le diagnosticó osteomielitis. Al tratarlo con antibióticos y ver que no respondía al tratamiento, se decidió enviar un cultivo al Instituto Nacional de Salud en Colombia donde se confirmó el diagnostico de Cándida auris.
¿Se contrae en hospitales?
Este y otros estudios afirman que los antecedentes hospitalarios de larga duración y las cirugías vesiculares, entre otras causas, aumentan las probabilidades de padecer fungemia (hongos en la sangre). Según la investigación el paciente fue tratado con azoles (medicamentos para combatir hongos) y respondió adecuadamente al tratamiento.
Este estudio de caso concluye que las osteomielitis por Cándida auris son poco frecuentes y su diagnóstico debe prevalecer en pacientes con antecedentes clínicos y estancias hospitalarias. Diversas investigaciones han confirmado que este hongo se adquiere en hospitales, mas no necesariamente en una piscina, como lo indicó Javier Acosta en su momento.
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