La caza comercial de ballenas fue prohibida en 1986 por la Comisión Ballenera Internacional. Japón anunció su retiro en 2018, lo que generó molestia en la comunidad internacional.
La Agencia de Pesca de Japón publicó el lunes la comercialización de ballenas en los próximos seis meses. Los funcionarios japoneses sostienen que las ballenas que pretenden comercializar no hacen parte de especies en vía de extinción.
“Hoy es el día más hermosos.Pudimos atrapar una ballena grande. Va a estar deliciosa. Valió la pena esperar 31 años”, celebró Yoshifumi Kai, presidente de una asociación de pescadores de ballenas. “Es una industria pequeña, pero estoy muy orgulloso de cazar ballenas. La práctica existe desde hace más de 400 años en mi ciudad”, explicó.
El periodo que va desde el 1 de julio al 31 de diciembre pretende capturar un total de 227 ballenas, 52 ballenas Minke, 150 ballenas Bryde y 25 ballenas Sei.
Para esta operación, Japón desplegó 5 barcos especiales para capturar las ballenas que serán comercializadas con fines científicos. Aunque el gobierno japonés ha llegado incluso afirmar que son una amenaza para la industria pesquera, justificando su caza.
Pero este atentado puede ser grave para las agua del territorio japonés, debido a que las ballenas juegan un papel importante en el buen estado de salud de los océanos.
Los científicos afirman que cuando las ballenas se alimentan a grande profundidades y regresan a la superficie para respirar, alteran la columna de agua, permitiendo expandir nutrientes y microorganismo. Además, el hierro, el excremento y el nitrógeno de su orina sirven como fertilizantes para el plancton.
Antes que Japón se retirará de la Comisión Ballenera Internacional, cazó 596 ballenas con un permiso especial de “investigación científica” 2017-2018, según la Comisión.
