Para iniciar la segunda parte de la Cátedra Abierta ‘La mujer y sus placeres’: Poesía femenina, liderada por las profesoras María Alexandra Rincones y Natalia Montejo de UNIMINUTO calle 80, se centran en la poesía, recalcando que este tipo de texto es distante a nosotros, sobre todo por la tradición literaria en el que la poesía es el ‘gran género de la literatura’ y con el tiempo se ha perdido la tradición de leer y ver el mundo a través de la poesía, porque se ha bajado del lugar que ocupaba históricamente para la humanidad como constructor de memoria, testimonio, y como la posibilidad de encontrar la belleza en el mundo.
Se menciona que traen el poema a la cátedra, porque como sujetos posmodernos es la oportunidad para poder integrarnos en nuestras diferentes dimensiones y por eso se puede entender el poema y este tipo de literatura desde la razón de manera más amplia, desde la comprensión, el entendimiento, la imaginación, las emociones, el cuerpo y los sentimientos.
Traen otros ejes del placer como lo es el lenguaje poético, como una expresión de los sentimientos y la mujer puede asumir ese placer y jugar con las palabras, haciendo una reflexión del texto y el espacio en el que se encuentra, haciendo una construcción de imágenes y diálogos metapoéticos, aclarando que el ámbito de la poesía no es simplemente la liberación de los sentimientos, la poesía es una construcción artística que implica la reflexión del lenguaje poético.
Para hablar sobre el poder de la palabra mencionan diferentes autoras que son ejemplo para seguir, para escribir poesía, como lo son: Alejandra Pizarnik, Fina García, Maruja Vieira, Esther Pardo, Cristina Toro y Anne Sexton, las ponentes leyeron un poema de cada una de las autoras mencionadas e hicieron una reflexión sobre cada poema, donde se menciona el amor, el placer, el ser mujer y la noche.
Placeres del cuerpo
Somos cuerpos que hablan y se expresan, por eso se resignifica la palabra placer como goce, de ser dueñas del cuerpo. Donde se conoce y reconoce que pasa con su cuerpo, y que sabe que los cuerpos son diferentes y se acepta, por eso, esas transformaciones dan apropiación y placer sobre el mismo cuerpo, el deseo de ser dueñas de nuestro propio cuerpo hace que no nos de miedo explorar y conocernos. En este punto se habla del cuerpo de la mujer y de cómo cada una se conoce así misma, mencionando la menstruación, el embarazo, la reproducción, el deseo y el amor como fuente de goce.
Placeres cotidianos
Es la relación de la mujer con la vida de todos los días, de las pequeñas cosas que las rodean, haciendo una resignificación de se relación frente al mundo, frente a la cotidianidad, mencionando la importancia y la fuerza a los objetos en la cual generamos la vida diaria, haciendo una relación de lo que se puede expresar con los objetos que están en el exterior y expresan lo que hay en el interior.
Somos tan multidimensionales, que la poesía puede ser un oficio y un elemento de liberación, se hace una crítica a la forma de vida en el consumismo y la tecnología, porque no se presta atención a los verdaderos placeres de la vida. En este punto también se mencionan otras autoras que hablan de las pequeñas cosas, como María Clara Ospina, Carolina Dávila y Orietta Lozano.
Se menciona también la importancia de la relación entre las mujeres, rompiendo un poco con la cultura patriarcal, queriendo, amando y exaltando a otras mujeres a través de la poesía, para integrarnos de diferentes maneras de lo que somos.
Placeres liberadores
Hay que darle una oportunidad al poema como potencia para transformar, cambiar el mundo y las realidades de los otros, debe apropiarse de la palabra, para asumir una postura, poder dar testimonios, para denunciar la injusticia, dicen que en la poesía se puede encontrar una oportunidad del cuestionamiento y la rebeldía y también se puede hacer una reconstrucción de la memoria, cuando se habla del placer liberador, no se niega el dolor, sino que se le da palabra, se visibiliza y se hace una liberación que crea un goce.
Placeres espirituales
Titulado así pensando en una forma amplia entre la mujer y lo espíritu, reconociendo que no solo se es materia, sino energía y espíritu, y se debe tener en cuenta siempre que somos más que un cuerpo, somos sujetos multidimensionales, por eso hay relación y algo de ironía entre lo mágico y lo sagrado, entonces se debe buscar un reconocimiento de otras formas de relacionarse con el mundo además de la razón.
Para finalizar, es importante resaltar que la apropiación de lo femenino es un reconocimiento de ser un sujeto interdimensional que no se puede reducir al cuerpo, somos más que eso.
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