La misión principal que tiene la primera Ministra, es convencer a los dirigentes europeos de la necesidad de cambiar la salvaguarda ideada para evitar una frontera entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, que centra el rechazo del Parlamento británico. Westminster, “dejó claro que, por primera vez, podía apoyar el acuerdo de retirada, a condición de que se introdujera cambios en la salvaguarda”.
Esta salvaguarda lo que busca es proteger el Acuerdo de Paz de Belfas 1998, por lo que los diputados británicos quieren evitar que Reino Unido, quede atrapado en las redes de un territorio integrado a la Unión Europea, que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.
Si no se lograra una mejor solución en la negociación sobre la futura relación entre ambos países, ha sugerido Wetmister a May que, lograr arreglos alternativos con Irlanda y la UE es muy importante para que el Brexit logre resurgir.
Londres como Bruselas reiteran sus deseos de evitar el temido Brexit sin acuerdo, a medida que el 29 de marzo se vuelve más agobiante para determinar su final. Según Downing Street, la solución para May pasa por modificar la salvaguarda y, aunque no llega a Bruselas con una propuesta concreta, debe insistir en varias pistas, especialmente fijar un límite temporal al mecanismo, una salida unilateral del mismo o el uso de tecnología para controles aduaneros desmaterializados.