En consecuencia, la administración de Donald Trump, dio a conocer lo que sería una nueva tecnología de misiles de largo alcance, manteniéndose a la vanguardia en la producción de nuevas tecnologías de guerra.
“Ahora que nos hemos retirado del INF, el Departamento de Defensa continuará a pleno con el desarrollo de estos misiles convencionales para lanzamientos desde tierra, como una respuesta prudente a las acciones de Rusia”, comentó Jonathan Hoffman, portavoz del Pentágono.
Por otro lado, el régimen de Kim Jong Un, volvió a sorprender a las principales potencias del planeta, al efectuar el lanzamiento de nuevos misiles los días 31 de julio y 1 de agosto. Según algunas versiones, los misiles serían de corto alcance, pero con capacidades destructivas.
El hecho, produjo reacciones del gobierno de Corea del Sur, su principal enemigo en el continente asiático, y principal aliado de Estados Unidos en la región. Según el gobierno de Seúl, con el nuevo lanzamiento de misiles, Kim Jong Un estaría socavando la estabilidad de la región, empujando a la península asiática a un conflicto de proporciones incalculables.
A los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte, ahora se suma la disputa entre Japón y Corea del Sur. El gobierno de Tokio, aprobó este viernes un plan para excluir a Seúl de la lista de sus socios comerciales confiables.
La medida tomada por las autoridades niponas, obedece a las preocupaciones de seguridad nacional, aduciendo falta de seguridad por parte de las autoridades de exportación de Corea del Sur.
Durante la Segunda Guerra mundial, el imperio japonés, invadió a Corea del Sur, sometiendo a sus habitantes a trabajos forzados. Las tensiones entre ambas naciones, se intensificaron, todavía más desde el año pasado cuando Seúl demandó ante cortes surcoreanas, las cuales ordenaron a Tokio, indemnizar a las víctimas de dichos abusos.