Cada una de las invitadas a la Cátedra Abierta que tuvo como tema principal la lectura interseccional sobre las violencias de género en medio de la pandemia, tuvieron un tiempo para explicar la situación que se vive en su país, aclarando que se habló desde México, Argentina y Colombia.
Para iniciar Juana Ochoa, hizo un homenaje a María Lujones, feminista y activista argentina, donde postulan que el género es una imposición colonial para pensar y transformar el sistema en el que nos encontramos, agregando que el momento en el que vivimos se debe rescatar el “juntas” con el trabajo cuerpo a cuerpo y para que el ejercicio del trabajo colectivo se vuelve central, porque el miedo y el distanciamiento nos está haciendo pensar que estamos solas y solos.
Como sociedad estamos obligados a estar en cuarentena y distanciamiento por el COVID-19; sin embargo, nos hemos dado cuenta que, se han potencializado las diversas formas de violencia hacía la mujeres, niñas y niños, como violencia física, psicológica y feminicidios, estas violencias que se dan es por ser mujeres, y hay elementos que desafortunadamente posibilitan estas violencias, como el color de piel, hacer parte de un grupo étnico o hacer parte de una u otra clase social. Según Juana, lo que deja a la vista los meses de cuarentena, es la violencia donde se ejercen prácticas coloniales y ponen un valor a cada vida.
Florencia Cremona desde Argentina mencionó que hace un análisis global de los países latinoamericanos, y dice que no es el confinamiento la causa de las violencias, sino que se expresa de manera brutal que vivimos en una sociedad patriarcal, racista y clasista y se dice que las feministas están por fuera de la ortopedia, religiosa y estética. Cuando hablamos de géneros y sexualidades siempre estamos hablando de poder, también dice que la autoridad y el estatuto moral lo tiene el varón, hablando no de la genitalidad, sino de las posiciones dentro del discurso, entonces, es el Estado quien dice si la mujer puede o no puede votar, si puede o no abortar y todo este tema hace que la búsqueda del reconocimiento de la mujer connote estas relaciones sexo afectivas donde el resultado es la violencia.
Alejandra Cebrelli desde Argentina habló de lo que significa para las mujeres originarias quedarse en casa, consideró que desde la comunicación es nuestro deber visibilizar ciertos casos, afirmó que el virus no tiene una letalidad mayor en las poblaciones originarias, sino que son lugares donde se violan muchos derechos, y el contexto posibilita la impunidad, y la muerte se siembra desde otros lugares. Habla de la violación no como cuestión sexual sino como una forma de ejercicio de poder, por eso se centra en el “chineo”, que se trata de un grupo de hombres no pertenecientes a los grupos indígenas (criollos) que van de 2 a 15 y salen a “cazar” mujeres indígenas, las violan repetidas veces, y en muchas ocasiones las embriagan, las intoxican y en el peor de los casos las matan, es un delito brutal en que las instituciones discriminan a la mujer y no les garantizan sus derechos.
Veronica Orihuela desde México, sostuvo que la pandemia ha magnificado los más oscuros rincones de las esferas políticas, económicas y sociales de México, pues argumenta que el 70% de las mujeres de su país ha sufrido violencia física o sexual en su casa y el 40% de los feminicidios suceden en el hogar a manos de la pareja, dejando 11 feminicidios diarios en el país, aclarando que el hecho de estar en casa no significa que las mujeres estén seguras.
Angelica Nieto politóloga y profesora de UNIMINUTO aclaró que en el tiempo de confinamiento, hasta el 30 de junio han asesinado a 129 mujeres en el país, se han hecho 20.882 llamadas a la línea de emergencia, principalmente de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca. Trayendo a colación las violaciones a los derechos de las mujeres trans, la violación ejercida por miembros de las fuerzas armadas de Colombia en los casos de las niñas indígenas, también mencionando las 170 muertes de líderes y lideresas sociales de enero a junio de 2020 y las tropas estadounidenses en Colombia y sus afectaciones contra mujeres y niñas.
Celenis Rodríguez dice que los Estados latinoamericanos no han admitido que hay unos problemas de desigualdad generados por el racismo, clasismo y el hetero centrismo y se pone a la ciudadanía como los responsables de la transmisión de la enfermedad cuando el principal responsable del impacto que ha tenido el COVID-19 han sido los Estados de cada país, y de su pésimo sistema de seguridad y salud, así el Estado se lava las manos poniendo la responsabilidad en la población, para poder ocultar las precariedades de las regiones.
Paola Ruiz docente de UNIMINUTO mencionó que hay unos sentidos dominantes que intentan hacernos creer que todas y todos estamos en la misma condición de riesgo, el virus no distingue clase ni genero ni raza, sin embargo, las casi 10.000 mujeres agredidas física, psicológica, económica y sexualmente, nos exigen que gritemos que la culpa nunca es de la víctima y que tenemos derecho a sentirnos seguras en nuestras casas por eso es momento de recordarle a la sociedad patriarcal que existen condiciones de violencia estructural. El Estado tiene la culpa de dar un discurso que revictimiza a quienes han tenido que asumir la pandemia en condiciones de vulnerabilidad, el Estado raquítico de muchas maneras nos ha ido condenando, ella sueña que se haga un cambio en la sociedad, para que la palabra feminismo deje de causar más repudio que la palabra feminicidios.
Queda claro que los abusos hacía las mujeres están presente en Colombia, América Latina y el mundo, que el confinamiento ha obligado a muchas mujeres han estar encerradas con sus maltratadores y que los derechos de las mujeres, niños y niñas se han visto vulnerados de tal manera que se empezado a naturalizar la situación, por ello, no es momento de callar, hoy más que nunca es cuando debemos seguir luchando por nuestros y por la vida, las mujeres nos queremos vivas y hoy decimos una vez más ¡NI UNA MENOS!. Si desea revivir esta cátedra abierta o cualquier otra, lo puede hacer en Facebook de UNIMINUTO Radio.