Por: Kendrick Jerez
La Corporación Universitaria Minuto de Dios recibió un reconocimiento por sus aportes al desarrollo e impacto en innovación social sustentable para combatir el cambio climático, el pasado 22 de junio en Guadalajara, México. El galardonado fue el Laboratorio de cambio climático de la sede Eje Cafetero de UNIMINUTO, presentó estrategias de gobernanza colaborativa y de construcción de enlaces territoriales con las comunidades y los gobiernos locales en el municipio de Chinchiná, Departamento de Caldas.
“¡Más allá del papel y la función social de nuestra institución es un compromiso que se tiene que adquirir con la condición humana y con los ecosistemas naturales!”, comentó Sebastián Sáenz Rodríguez, Coordinador regional de Investigación de la sede del Eje Cafetero, y enfatizó en el desarrollo de proyectos colectivos entre la academia y las comunidades.
El laboratorio social para el cambio climático inicia a partir de la aceptación de la propuesta de estrategias de innovación realizada en articulación con el Parque Científico de Innovación Social (PCIS), el cual recolectó iniciativas y aportes de todos los programas institucionales de la sede UNIMINUTO, en pro del cambio climático.
A través del ejercicio académico se estableció la generación de mesas de trabajo constituidas entre: instituciones, comunidades, entes territoriales y gobiernos locales, en torno a conversaciones descritas en función de propuestas e iniciativas para mitigar el cambio climático en el municipio de Chinchiná.
El punto de partida y eje central del reconocimiento obtenido por CLIMATE LABS el pasado 22 de junio del 2023 en la ciudad de Guadalajara, México, fue hacer llegar la información del cambio climático por medio de la radio comunitaria a los chinchinenses para no solo presentar los problemas sino generar conciencia e incentivar a la población a participar junto con la institución y el gobierno local.
El Coordinador del Laboratorio Sebastián Sáenz diseñó y modeló una propuesta de trabajo con comunidades en relación con el cambio climático a partir del 2019 y conversó con Rizoma sobre este proyecto de UNIMINUTO, que ha generado revuelo a nivel internacional.
¿Cuál fue la propuesta aprobada por el Parque Científico de Innovación Social (PCIS)?
Se trataba de generar enlaces territoriales, pero a través de ellos diseñar estrategias de cooperación para conceptos de adaptación y mitigación al cambio climático.
Comenzó con un diseño de clasificación entre diferentes grupos, el cual estaba pensado en un primer momento acoger estudiantes, semilleros y profesores de todos los programas. Hacer una recolección de iniciativas de cuál iba a ser el aporte de todas las áreas que estaban funcionando.
Luego hicimos un collage de ideas con ellos. Y a partir de ese collage, montamos una propuesta muy sencilla que era a través de pequeños núcleos de investigación en el territorio, se generaron mesas de trabajo institucionales, comunitarias, territoriales y con gobiernos locales. En ese diálogo de saberes, poder mirar un poco cuál eran las iniciativas que se estaban dando dentro de nuestra institución, territorios y gobierno local para afrontar problemas de cambio climático.
¿Cómo fue el proceso de construcción del laboratorio?
Eran unas paredes pálidas, el espacio no era el mejor en términos estéticos, pero empezamos a modificarlo para hacerlo más bonito; es decir, empezar a sembrar el imaginario de laboratorio y, para ello, tener un espacio físico para comenzar a trabajar.
En ese momento fue muy curioso -y hasta cómico- porque nosotros imprimimos una hojita que decía “cambio climático” y la pegamos en la pared, entonces las personas pasaban por los pasillos y miraban el papel que decía “Laboratorio”. Entraban, revisaban y observaban unas paredes blancas con tres computadores y sillas que nos habían prestado, pero les decíamos: “tenemos un espacio donde lleguen las personas”.
¿Cómo fue el primer acercamiento a la comunidad de Chinchiná?
“¡No nos interesa! no queremos trabajar ni con ustedes ni con ninguna institución de Educación Superior” dijeron algunos. Efectivamente encontramos comunidades que habían sido supremamente dañadas por instituciones como corporaciones y fundaciones. Muchas universidades habían llegado al territorio a trabajar con ellas pero hicieron algo muy utilitarista, pues sacaron datos e hicieron exploraciones, pero nunca volvieron al territorio. Finalmente a las comunidades nadie volvió a ponerles la cara.Eso fue un reto importante cuando nos encontramos con ellas.
¿Qué hicieron para entrar al territorio?
Para nosotros fue una ganancia haber tenido el programa de Licenciatura en Educación Infantil y el de Administración en Salud Ocupacional, con los cuales empezamos a liderar actividades más regulares en esos sectores antes de entrar de una vez a trabajar con la comunidad. Con los niños realizamos talleres comunitarios y ese fue el punto de entrada para llegar a las familias y a los hogares.
¿Cuáles fueron los problemas críticos que se evidenciaron de entrada en el municipio?
Lo primero que nosotros iniciamos fue la revisión del plan de Gobierno del municipio. En su momento encontramos varios temas muy sensibles para los territorios, entre ellos, empezamos a ver que en los planes de desarrollo aparecían palabras como: gobernanza, buen gobierno y participación ciudadana, pero eso terminaba siendo ‘papel mojado’; es decir, suena muy bien en un plan de Gobierno, eso es fantástico, un tema escritural, pero nadie sabe cómo estimular el modelo de gobernanza. Nadie sabe cómo estimular procesos de participación ciudadana.
¿Cómo desarrollaron y trabajaron los problemas establecidos?
Consolidamos unas mesas de trabajo estables en el territorio, en las que citamos a los gobiernos locales, comunidades, estudiantes, directivas de la institución, profesores e investigadores. ¡Fue un escenario buenísimo! Si tenemos cosas en común, ¿cómo vamos a unirnos?, y, ¿cómo vamos a generar estrategias? Esto es importante para que juntos vayamos como equipo y las comunidades no nos vean como desarticulados del tema.
¿Por qué son importantes las mesas de trabajo para los habitantes del sector?
Porque diseñan un acuerdo de voluntades. Eso es fundamental… más que sentarnos a decir: ¿cuánta plata tiene, ¿cuánto va a poner, ¿quiénes son? Son las acciones concretas que hay sobre la mesa, muy claras y con actividades sencillas de realizar, pero que permiten relacionarnos más entre nosotros mismos.
Se trata de proyectos que muchas de las comunidades ya venían trabajando, pero nadie los conocía. Creemos que esas estrategias son importantes porque permiten empezar a acercar un poco las dificultades que se tenían con los actores para poder medirlas en mesas de trabajo e implementar acciones concretas de cara al territorio.
¿Qué participación han tenido las personas externas a la institución en el laboratorio?
Hemos tenido casos de comunidades o de líderes que ni siquiera tienen un computador para realizar cualquier actividad. Nuestro laboratorio es un espacio de puerta abierta, es un laboratorio ciudadano. Las comunidades llegan siempre con una semilla para sembrar. “¡Mire!, tengo esta iniciativa… ¿en qué me pueden ayudar?, ¡venga que acá le ayudamos! Desde su implementación hasta su formulación, estructuración y cooperación.
¿Cuáles son esas propuestas innovadoras que hacen resaltar al proyecto de Uniminuto en un escenario internacional?
Innovación con plástico: estamos trabajando fuertemente en diseñar eco tejas para poder generar infraestructura verde. No solo en el prototipo de la máquina para triturar el plástico, sino también para fundirla y compactarla.
También se encuentra el proyecto de vulnerabilidad al cambio climático con zonas de invasión. El proyecto lleva a considerar otras comunidades que no estaban tenidas en cuenta dentro de los estudios frente al cambio climático. La pregunta era, ¿Sigue calentando?, ¿La variabilidad sigue aumentando? En últimas ¿cómo esas poblaciones también se van a ver afectadas?, se aumentan las lluvias y el deslizamiento o las inundaciones., ¿qué pasaría con esas personas?
¿Qué criterio se puede extraer de esta experiencia?
Hay que seguir pensando ese tema del desarrollo en el territorio. No es un tema menor; es decir, un desarrollo más integral que permita que todos se vean reflejados, no solamente unos pocos. Esa es nuestra apuesta con las comunidades, en este caso de Chinchiná, y esperamos que sean muchas más.
Para más información de Rizoma: