Con el cuento “el almacén de la infancia”, del poema colombiano Jairo Aníbal Niño, se quiso describir la experiencia que durante esta semana ha vivido la Universidad Minuto de Dios.Se trata de la grata presencia de Angélica Sátiro, incansable educadora que, desde la propuesta de Filosofía para Niños (FpN), el proyecto Noria y en conexión con las distintas experiencias vitales que ha acumulado por todo el mundo, ha contribuido con el desarrollo de la capacidad creativa en diferentes contextos. Es así como los días martes y miércoles de esta semana se llevó acabo el curso personas creativas, ciudadanos creativos, título que lleva también su libro, el cual será presentado en el día de hoy durante un “café filosófico”.
En dicho curso participaron diferentes programas académicos, conformando una perspectiva interdisciplinar que enriqueció la idea de ciudadanía creativa. Este ha sido un tema que Angélica ha trabajado durante años, y que desde hace 7, UNIMINUTO, desde el proyecto MARFIL, ha tenido la oportunidad de hacer parte. Como lo afirmó la misma Angélica, este evento fue un paso importante para enlazar los dos proyectos y crear vínculos para seguir trabajando en esta línea.
Educadora desde los años 80, Angélica cultivó desde muy temprano unagran sensibilidad estética y creativa, a la que sumó el rico pensar filosófico que adquirió con sus maestros, como ella los llama: Mathew Lipman y Ann Margaret Sharp. Con la propuesta de estos dos autores fue como logró conjugar todas esas potencialidades, específicamente con lo que Lipman denominó pensamiento de orden superior o multidimensional, en el cual, se entiende el pensar como un recurso flexible, múltiple y complejo en el que el ser humano fusiona las capacidades reflexivas, críticas y éticas.
Formada en la dictadura militar tuvo conciencia de la urgencia de trabajar en este tipo de pensamiento en función de la importancia de equilibrar las cosas, apostándole a una educación más democrática, en la consecución de un mundo más justo y razonable. En este sentido, aseguró que la carencia fue un estímulo para proponer lo que ha venido postulando desde hace años y que, de alguna manera, es la apuesta fundamental del libro que hoy presenta: la la lucha contra la mente miserable. Pues, para ella, la peor pobreza que existe es tener una mente miserable. “La mente miserable genera relaciones y existencias miserables a todos los niveles: emocional, cognitivo, relacional, social, ciudadano. ¡Es incapaz de soñar y proyectar un tiempo y un espacio diferentes de las determinaciones del aquí y del ahora!”, asegura en su libro.
Libro que, como se mencionó, presentará esta tarde durante un café filosófico. Cosa que no es casualidad en ella, pues todo su trasegar filosófico, en consonancia con el de sus maestros, ha sido hacer accesible la filosofía, sacar la filosofía a la calle, al ciudadano de a pie, a niños, jóvenes y adultos para contagiar al mundo de esa práctica que a veces, se piensa, es para unos pocos privilegiados. Como ella misma afirmó, el café suele ser un espacio de encuentro y de intercambio de ideas, sentires…, un espacio no formal para poder charlar desde el interés de cada cual, de la mano de un “tintico”, desde esa actitud de encuentro con el otro, sin la estructura formal que tienen por lo general los espacios de filosofía.
La suya es una filosofía práctica, capaz de descender de las alturas metafísicas y conceptuales, a la cotidianidad de la vida, allí, al corazón de las relaciones existenciales en el que la curiosidad de un niño, la intrepidez de un joven y la mesura de un adulto, pueden convertirse en un amplio espacio de reflexión y creatividad..
Conducen: Víctor Andrés Rojas, Valkyria Bernal (Estudiante de Pedagogía Infantil) y Cristian Bastidas (Estudiante de Comunicación Gráfica).