Desde las bulliciosas ciudades hasta las tranquilas áreas rurales, las familias se preparan de manera única para esta festividad.
Algunos hogares colombianos se sumergen en la espiritualidad, participando en novenas y rezos en familia. Otros eligen la alegría festiva, decorando sus hogares con luces brillantes y adornos coloridos.
En ambos casos la cocina desempeña un papel fundamental, y en cada región del país se disfruta de sus propias delicias culinarias, desde la tradicional natilla hasta platos típicos regionales.
En los inicios de la obra en el barrio Minuto de Dios, el padre Rafael García Herreros, en el libro “Pueblito Blanco”, relata un diciembre que fue testigo de la creación del museo, colegio y universidad. Expresaba que la Navidad era un llamado a una silenciosa adoración, evocando el misterio de la encarnación.
Para el Padre Diego Jaramillo, la preparación significa estar en familia, llenando el ambiente con villancicos y luces, pero sobre todo, preparando el corazón para el nacimiento de Jesucristo.
El Padre Camilo Bernal se prepara mediante la oración y el silencio, reflexionando sobre el misterio de Dios haciéndose hombre. Además, comparte con su comunidad para contribuir a construir una Colombia más justa.
El Arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, se prepara en oración, pidiendo a Dios que le permita estar en las calles con los habitantes de las calles, privados de la libertad, enfermos y sacerdotes, afrontando las dificultades sin perder la esperanza.
Para el Rector de UNIMINUTO Bogotá, Jefferson Arias, la preparación implica la decoración navideña, pero lo más importante es compartir con su familia y expresarles todo su amor y cariño.
Así, en UNIMINUTO, la Navidad se vive como una experiencia espiritual compartida y llena de significado.