Tomado de:goo.gl/4gdRfV
Gracias a la vida y obra del Padre Rafael García Herreros, la Corporación
Universitaria Minuto de Dios –UNIMINUTO- ha sobresalido por su gran impacto
social en amplios sectores del territorio nacional. En efecto, ha sido reconocida no
sólo por la figura del padre García Herreros, sino sobre todo porque, inspirados en
su vocación de servicio, ha conseguido incorporar en su ser y quehacer un gran
sentido de responsabilidad social que ha traspasado las aulas de clase para llegar al
corazón de los contextos colombianos, especialmente los más vulnerables.
Es en este trasegar que un sin número de personas han llevado a cabo proyectos
sociales innovadores, de gran impacto y que perduran hasta hoy. En este marco un
grupo de docentes de diferentes disciplinas, pero propósitos parecidos se reunió en
el día de hoy junto con Benito Varán e Irene Bello para contar cómo fue la
experiencia que tuvieron hace algunos años y cómo han venido evolucionando sus
proyectos. Un reencuentro que sirvió para compartir lo que han venido haciendo
desde sus diferentes campos de acción, e identificar los diferentes puntos de
encuentro en su servicio a las comunidades.
Benito es chileno, psicólogo social y un incansable servidor de las comunidades
latinoamericanas. Si bien, en su amplia experiencia ha servido a una gran población,
ha sido la niñez el campo de su preferencia. En su país natal, comenzó un proyecto
que se ha extendido por todo el mundo. Se trata de una obra similar a la del padre
García Herreros llamada Hogar de Cristo. Benito estuvo durante 20 años en la
dirección general del proyecto dentro del área social, lo cual sirvió de puente para la
concatenación de América Solidaria; un proyecto que busca fortalecer los programas
sociales que trabajan por la infancia en nuestro continente.
Irene Bello es la directora de este proyecto en Colombia. Ella es psicología y una
apasionada por la trasformación social del país, en donde encontró unos fuertes
desafíos de justicia social, siendo su prioridad la infancia que, en el caso
colombiano, ha sido tan marcada por el conflicto armado. Ambos le apuestan a la
educación conscientes de que la formación puede transformar los modos de pensar
y, por tanto, de actuar de las personas. Lo que buscan es cambiar esa idea de
venganza, de odio y de violencia por argumentos, palabras y sentires que vinculen la
diferencia, que tengan en cuenta al otro.
Desde esta perspectiva es que Benito logra identificar algunas coincidencias con el
trabajo desarrollado por el grupo MARFIL, que hace parte del departamento de
filosofía de la Universidad. La primera de ellas es el esfuerzo por vincular los
conocimientos con la praxis. La idea es que lo que se investiga tenga un impacto
social, que no se quede en una biblioteca “empolvándose”, sino que sirva realmente
a las comunidades, de manera que pueda replicarse cada vez a mayor escala. Por
otra parte, el tema de la resiliencia es algo que han venido trabajando por igual, en el
que la infancia ha jugado un papel preponderante. Un sentido de responsabilidad
social muy fuerte que dispone toda la teoría a una praxis transformadora. En
definitiva, dos proyectos con sentires comunes que han sabido llevar a la práctica lo
que se investiga, vencer los obstáculos y convocar a cada vez más personas para que
“nadie se quede sin servir”.
Conduce: Alejandro Montaño, Merceditas Beltran, Tatiana Carrero