Por: Valentina García y Mabel Marín
El gobierno de Petro presenta la reforma agraria para enfrentar la desigualdad y pone su mirada en los campesinos, pero tendrá que volver a pensar en lo que significa la propiedad de la tierra.
Con la llegada del actual gobierno a Colombia se ha hablado mucho sobre las distintas reformas que se llevarían a cabo en el país, pero muy poco lo que a la gente se le explica al respecto. Así sucede con la reforma agraria presentada por el presidente Gustavo Petro y las estrategias que serán usadas para llevarla a cabo.
La reforma agraria en Colombia es el conjunto de medidas establecidas con la finalidad de cambiar la forma en la que se centra la posesión de la tierra. Es decir, que el objetivo de una reforma como esta es evitar que la tierra se mantenga como propiedad de unos cuantos.
En la investigación “Reforma agraria en Colombia: evolución histórica del concepto. Hacía un enfoque integral actual” de Angélica Franco e Ignacio de los Ríos se dice que ” la Reforma Agraria (RA) en Colombia es un tema estratégico en la solución de diversas problemáticas que afectan al país, como son la violencia en el campo, el desplazamiento forzado, el desempleo, la pobreza y el narcotráfico”. Así mismo, es importante recalcar que la reforma agraria es un tema coyuntural que tiene sus inicios antes de la conquista española. Es decir, que desde hace siglos se ha luchado por la preservación del campo y las garantías que necesitan los campesinos y los grupos marginados para poder realizar sus labores en el campo dignamente. Sin embargo, esto no es algo nuevo. A lo largo de la historia se han puesto en marcha 3 reformas agrarias en Colombia las cuales son: La Ley 200 de 1936 en el gobierno de Alfonso López Pumarejo, la Ley 135 de 1961 bajo el mandato de Alberto Lleras Camargo y la Ley 60 de 1994 siendo el presidente César Gaviria.
Incluso, durante el gobierno de Juan Manuel Santos se tocó el tema en el acuerdo de paz firmado entre dicho gobierno y la entonces guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias del Común). Entre los principales puntos para poner fin al conflicto armado que vivió el país desde el origen de ese grupo, se habló de una Reforma Rural Integral, con la cual se pretendía mejorar las condiciones del campo en cuanto al acceso, uso y distribución de las tierras en el país y del mismo modo resolver el conflicto por la tierra.
Precisamente sobre este punto que se trató hace unos años, es en lo que hoy se trabaja desde el gobierno Petro como reforma agraria. Pero claramente no es una tarea fácil, pues son varios los desafíos a los que se enfrenta el actual gobierno; el objetivo de este es entregar aproximadamente tres millones de hectáreas a familias que no cuenten con tierras y formalizar unos cuantos millones adicionales, para suplir los compromisos que asumió el Estado en 2016 con la guerrilla de las FARC.
El énfasis general de la reforma agraria es la transformación del uso de la tierra, por esta razón, a los dueños de grandes extensiones de tierra se les pretende subir los impuestos en sus terrenos con el fin de promover la productividad de las mismas o, por el contrario, que sean vendidas al Estado, para poder continuar con el proceso de restitución de tierras.
El pasado 21 de septiembre de 2022 la Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López Montaño, le anunció a Colombia que el proceso de la reforma agraria del actual gobierno empezará con la titulación de 681.372 hectáreas de tierra fértil que busca beneficiar a indígenas, afrodescendientes y campesinos. Así mismo, señaló que “este anuncio es el resultado de un gran esfuerzo que hace el Ministerio y sus agencias para agilizar el proceso, la titulación masiva de predios es un reflejo del compromiso del gobierno con la reforma agraria y el cumplimiento del Acuerdo de Paz”.
Entre los retos más grandes que tiene el actual gobierno de Gustavo Petro está lograr que los ciudadanos de las periferias del país logren entender con claridad los objetivos de esta reforma agraria, ya que serán los principales involucrados. Esto debido a que una de las brechas principales entre el centro del país y las periferias es la desinformación que hay en los territorios.
Felipe Ariza, estudiante Técnico profesional en producción agropecuaria dice que “la reforma agraria tiene diversos puntos que necesitan ser explicados al campesinado para poder entender qué tanto les beneficia o qué tanto les perjudica, claramente se está buscando un nivel de equidad para todos los campesinos pero no a todos los beneficiará. Por ejemplo, algunos campesinos podrán acceder más fácil a terrenos para poder cultivar, pero a los que ya tienen tierras los va a perjudicar demasiado el tema de los impuestos, entonces es necesario crear un balance para el progreso de todos”.
Pese a que en la actualidad hay diversos medios alternativos que brindan perspectivas diferentes frente a las problemáticas que se viven en el país, a los territorios rurales solo llegan los medios tradicionales lo que dificulta la toma de decisiones.
Tal es el caso de Lilia Sánchez, campesina de San Benito – Santander, quien expresó que “la verdad el tema de la reforma agraria es muy difícil, hay muchas cosas que no se entienden, de lo poco que sé es que algunos campesinos se pueden ver beneficiados, especialmente las víctimas de la violencia. Quizás sea buena para unos y mala para otros pero necesitamos que nos la expliquen bien”.
Las opiniones se encuentran divididas. César Ariza, hacendado del municipio de Güepsa, en Santander, manifestó que “El campesinado siempre ha estado muy olvidado y ahora con esta reforma agraria que plantea el señor Petro donde quiere ayudar a unos pero la verdad nos va a perjudicar a nosotros los que tenemos tierras, los impuestos que pretende poner son muy altos y así es difícil seguir cosechando”. Es necesario que estos temas de tanta importancia para el país se traten con la pertinencia y la claridad necesaria para que todos aquellos que se verán involucrados entiendan tanto las ventajas como las desventajas que podría traerle a sus vidas la implementación de proyectos como la reforma agraria. De no ser así los esfuerzos del Gobierno por alcanzar la mejora de Colombia serán afectados por la desinformación. Es preciso que los campesinos se desenvuelvan con roles activos en la sociedad y sean reconocidos como ciudadanos capaces de tomar decisiones para su futuro y el desarrollo del país.
