Por: David López
Colombia tiene 238 universidades registradas en el Ministerio de Educación Nacional. El 86% de estas instituciones ofrecen programas en ingeniería. Según el Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (ESPADIES) para el año 2017, solamente cerca del 31.80% de los estudiantes matriculados en esta área profesional se gradúan.
El estudio advierte que uno de los factores influyentes en la alta tasa de deserción es el bajo nivel en matemáticas y el otro, la carencia de clases prácticas, lo que acrecienta el resquemor con este tipo de carreras.
A reinventar la ingeniería
Para tratar la deserción en UNIMINUTO el profesor Jonathan Álvarez, de la Facultad de Ingeniería, lidera el semillero en Control. En 2015 decidió asumir el reto de repensar los métodos de enseñanza en las diferentes materias del programa. Junto a un grupo de estudiantes conformaron el semillero y proyecto de investigación nombrado CONTROLDROID, el nombre surgió del hecho de hacer programación desde cualquier dispositivo android. La pregunta que motivó a este grupo fue ¿Cómo mejorar la forma en la que los estudiantes entiendan la programación básica para aportar a los retos de la ingeniería?
La ingeniería busca brindar soluciones a diferentes problemas de la sociedad en la actualidad, mediante el desarrollo de herramientas, programas, así como el análisis de datos. Vale la pena aclarar que la programación es un conjunto de instrucciones escritas que hace el computador o dispositivo según la intención del usuario.
En esta oportunidad los ingenieros de sistemas tienen la responsabilidad de programar, lo cual exige que el profesional maneje varios idiomas y múltiples lenguajes. Existen innumerables alternativas de lenguajes para realizar programación, entre esas hay dos grandes tipos.
Existe la programación textual, creada a mediados de los años 50 del siglo XX. En muchas oportunidades suele ser una pesadilla para los ingenieros por el alto grado de complejidad que representa. Una sola línea de instrucción mal digitada puede dañar la acción completa para la cual se está trabajando. Y corroborar significa desarmar cientos de instrucciones previamente brindadas.
Por otro lado, está la programación gráfica creada en 1980, que se caracteriza porque facilita la legibilidad y mejora los procesos de aprendizaje en futuros expertos. Este método consiste en hacer uso de imágenes en una interfaz visual (conexión entre dos sistemas para brindar comunicación e intercambiar información) que contengan ciertas instrucciones específicas, es decir que permite hacer diferentes tareas sin escribir ningún tipo de código, de manera más intuitiva.
Este último método ha sido cuestionado durante más de cinco décadas por los ingenieros, quienes sostienen que es difícil superar lo realizado con la programación textual, pues para el egresado en ingeniería de sistemas, Edwin Arias “ajustarse únicamente al lenguaje gráfico, puede llegar a significar problemas en las programaciones largas y extensas. Y ajustarse a las textuales muchas veces suele ser tedioso. No hay nada mejor que utilizar cada una de estas formas según la necesidad”. Este tipo de procesos le han brindado a los ingenieros aprendizajes y desarrollos como la creación de lenguajes mixtos, el reto es que los profesionales en formación puedan trabajar los dos métodos con éxito.
En esta oportunidad la investigación adelantada en UNIMINUTO comenzó a mejorar el nivel de programación en los estudiantes de primeros semestres. “La idea es que cualquier estudiante pueda aprender a programar, no es sesgar el conocimiento ni en nuestro programa, ni en ningún otro. Siempre hay que expandirlo”, afirma Álvarez.
Para seguir trabajando
Recientemente, el profesor ha trabajado con estudiantes de primeros semestres en la recolección de información para verificar los resultados del proceso investigativo y, de ser necesario, replantear algunos aspectos importantes para modificar los métodos de enseñanza. Según el profesor Jhonatan Álvarez, los niveles de deserción en programas como electrónica y sistemas en la Universidad han disminuido.
Y es que uno de los retos más fuertes es cambiar los imaginarios respecto a lo estricto, tedioso o desgastante que puede llegar a ser la culminación de los estudios en esta área. De hecho, países como Estados Unidos, Canadá, Rusia y gran parte de Sudamérica están requiriendo ingenieros por lo que buscan abrir las puertas a profesionales foráneos en estos ámbitos.
“En Colombia existe un problema y es que no desarrollamos tecnología, por el contrario, somos consumidores de la misma”, advierte el investigador. Por ejemplo, en 2018 las ventas de tecnología en el país sumaron más de 9 billones de pesos, según cifras del DANE, gran parte del dinero de las ventas se va para empresas extranjeras que son las que la diseñan y traen al país.
Algunos estudiantes que han trabajado en este proyecto han sido convocados en el ensamblaje eléctrico del segundo prototipo del carro EOLO, una patente de UNIMINUTO del año 2009, que nació a partir de un proyecto de emprendimiento e innovación. Teniendo en cuenta que un vehículo tiene la necesidad de cortar el viento desde su diseño, Eolo hace uso de una hélice que aprovecha el viento para crear y almacenar energía dándole una autonomía de 110 KM en su primera versión. El reto es mejorar este proyecto y participar en otros.
Es importante resaltar la disposición de los estudiantes y profesores que han hecho parte del proyecto. Cada vez es más fácil resolver dudas y prever los problemas de los futuros estudiantes. El nivel de programación se ve cada vez mejor y esto se ha podido validar desde la comunidad, las personas que no conocen acerca de los temas son las que corroboran si los artefactos son útiles, satisfacen las necesidades y automatizan funciones.
Para más información de Rizoma:
https://www.uniminutoradio.com.co/rizoma/
