La comida que se pierde o se desecha cada día en nuestro país y en el continente, es una oportunidad menos que padecen muchas familias desfavorecidas de poder satisfacer una de sus necesidades básicas: alimentarse. A este costo social se suma el del manejo de la tierra, el agua, y la extensa huella de carbón que significa producir alimentos que se pierden desde el mismo proceso de producción, distribución y venta, en las cocinas y mesas de los que pueden adquirir alimentos y que terminan en los basureros.

De esta imperativa necesidad parte la Cumbre Latinoamericana sobre Perdida y Desperdicios de Alimentos que se realizó en Bogotá. Este evento contó con la presencia de diferentes expertos en el tema, legisladores, empresarios, funcionarios públicos de distintos países, representantes del Gobierno y organismos multilaterales con el fin de trazar el camino que permita la conservación efectiva de los alimentos, así como su adecuada distribución y consumo, para evitar que estos terminen en la basura y se repliquen las escenas que se han visto durante la ultima semana en la Amazonia y la Guajira colombiana..

En el marco de este evento, se revelaron cifras preocupantes sobre este tema. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación -FAO-. las perdidas de alimentos al año en todo el mundo llega a los 1.300 millones de toneladas- que representa uno de cada tres alimentos que una persona puede consumir.
En América Latina, las cifras no son nada alentadoras, 127 millones de toneladas se desperdician en los países del continente, 223 kilos por persona, un 34% de los alimentos producidos durante un solo año, que se pierde en un 28% en el proceso de producción y consumo, 22% en el área de manejo y almacenamiento, el 17% en la distribución y el 2% en el procesamiento.
En lo que respecta a Colombia, el Departamento Nacional de Planeación -DNP- indica que la cifra nacional del desperdicio de alimentos llega a los 9,7 millones de toneladas, 34% de la producción de alimentos en el país, lo que en plata blanca, le cuesta a todos los colombianos $15 billones de pesos anuales, y que equivale al 24,3% del presupuesto de la Nación aprobado para este año, que ronda por los 160,2 billones de pesos, un costo bastante elevado teniendo en cuenta los 97 millones de dólares que se pierden con la comida desperdiciada.
El Gobierno Nacional ha puesto su intención en esta situación conformando el Consejo Intersectorial de Soberanía Alimentaria Nacional, y que según la Primera Dama de la República, María Juliana Ruiz Sandoval de Duque, busca el trabajo mancomunidad de todo el aparato estatal junto con la empresa privada y los organismos de cooperación internacional para erradicar de una buena vez este flagelo que afecta al país, y evitar la pérdida del 64% de alimentos perecederos que hoy se tiene en el territorio nacional.

“Creo que Colombia esta comprometida para poder erradicar exitosamente las muertes por desnutrición en este país” María Juliana Ruiz Sandoval de Duque, Primera Dama de la República
Durante el encuentro internacional, también se dieron a conocer las experiencias en los países latinoamericanos desde lo publico y privado, así como se buscaron consensos sobre como generar una estrategia conjunta multilatina para disminuir la cantidad de alimento que se pierden y particularmente en Colombia, donde la tasa de desperdicio es mayor.
De ahí el llamado de la FAO, para que desde la Academia se convoque a la investigación, innovación y la formación al ciudadano en el cuidado de los recursos alimenticios y lo que significa la soberanía alimentaria tanto del país como del continente pensando en las nuevas generaciones.
El punto común es la necesidad no solo de coordinar procesos para la efectiva producción, distribución y consumo de alimentos, de convocar a los ciudadana al buen uso de tan valioso recurso que cada día se hace más costoso y escaso: los alimentos.
Escucha el material recopilado en el marco de la Cumbre Latinoamericana de Perdida y Desperdicio de Alimentos