Más de 8 millones de personas murieron en 2018 en el mundo por respirar aire contaminado con partículas procedentes de la quema de combustible como el carbón y la gasolina, una cifra alarmante frente a las anteriores investigaciones realizadas.
Esta es la principal conclusión a la que llega un estudio de la Universidad de Harvard, en colaboración con la Universidad de Birmingham, la Universidad de Leicester y el University College de Londres, y publicada en la revista Environmental.
Los investigadores estimaron que las regiones con las mayores tasas de mortalidad de contaminación relacionada con los combustibles fósiles son Europa, el este de América del Norte y el sudeste asiático.
¿Cómo hacen los investigadores para conocer cifras e información?
Según Harvard, si bien las investigaciones se basan en observaciones por satélite y de superficie para estimar las concentraciones medias anuales de partículas en el aire, las PM 2,5, el satélite no puede distinguir entre las partículas procedentes de las emisiones de los combustibles fósiles, las del polvo y el humo de los incendios forestales.
“Con los datos de los satélites, solo se ven piezas del rompecabezas. Supone un reto distinguir entre los tipos de partículas”, asegura Loretta J.Mickley, autora del nuevo estudio.
Para superar el problema, los investigadores corroboraron a GEOS-Chem, un modelo global 3D de la química atmosférica dirigido en SEAS, que gracias a su alta capacidad de obturación y resolución, los investigadores pudieron dividir el globo en una cuadrícula y estudiar cada una de sus pequeñas casillas.
“En lugar de basarnos en promedios repartidos por grandes regiones, queríamos cartografiar dónde está la contaminación y donde vive la gente para saber con más exactitud lo que respira”, explica por su parte Karn Vohra, de la Universidad de Birmingham.
Los investigadores utilizan datos del 2012 porque fue un año que no estuvo influenciado por el fenómeno de El Niño, que puede empeorar o mejorar la calidad del aire.
“Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia que la contaminación del aire por la dependencia continua de los combustibles fósiles es perjudicial para la salud mundial”, dice Eloise Marais, de la Universidad de Londres
La investigación señaló que la contaminación derivada de los combustibles fósiles es responsable de 1 de cada 5 muertes, cifra que alarma e invita a la población mundial a utilizar energías renovables y amigables con el medio ambiente.