Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto?: el papa Francisco responde

Cuando la tragedia golpea a la puerta sin distinguir edad, color o grupo social, es natural que exista el interrogante. Al sacerdote lo cuestionaron y él respondió.

Este es un tiempo de angustia e incertidumbre, no cabe duda, pero también es un tiempo que ya conocemos. Como especie hemos enfrentado “enemigos” silenciosos que han puesto en vilo nuestra permanencia en el planeta y cada batalla ha sido ganada por nosotros hasta ahora.

Nadie sabe hacia dónde vamos o a dónde iremos cuando pase la pandemia, ni si quiera el más prolífico en las ciencias económicas, sociales o de adivinación, atinaría con precisión la suerte que llevaremos. Lo que si está quedando claro (por si se nos había olvidado) es cuan vulnerables somos en esta pequeña casa llamada planeta, que hoy nos acoge pero mañana, bien podría decidir no hacerlo. ¿Así lo ha hecho con otras especies predecesoras nuestras, no?

- Patrocinado -

Tuvieron que pasar 102 años para enfrentar de nuevo, entre todos, a otro enemigo silencioso y mortal, quizás tan letal como el de la peste de 1918, conocida mundialmente como la gripa española, pero que nada tiene que ver con la tierra del vino y el jamón serrano.

A propósito, se le llamó así porque la pandemia tuvo un cubrimiento amplio por la prensa del país ibérico (más que en el resto de Europa), puesto que no estaba involucrada en la Primera Guerra Mundial y por tanto no se censuró la información sobre esa enfermedad. En contrasentido, hoy nos dicen que administremos el consumo de prensa, hay tanta (incluida la mentirosa y la de mala calidad) que podría generar más pánico y miedo.

Por más de un siglo los científicos han estudiado esa infección viral y cada lustro hay nueva información acerca del evento que cercenó la existencia de 50 millones de personas en el planeta. Bien podrían pasar otros 100 años para que la ciencia descubra con exactitud las causas de este Coronavirus que hoy nos ataca.

La “pregunta del millón”

Y ¿dónde está Dios si en el mundo existe tanto mal? El papa Francisco recibió esa pregunta en el viacrucis que presidió hace cuatro años en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016 (Ver discurso del 29 de julio de 2016).

Al finalizar la procesión el santo padre dio un emotivo e íntimo discurso con el que respondió el interrogante.

Francisco preguntó: “¿Dónde está Dios? ¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay gente que pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, que buscan refugio? ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuestas humanas. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a Él”.

Luego de un silencio Francisco agregó que la respuesta del Señor es esta: “Dios está en ellos, Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como un solo cuerpo”.

El papa emérito se hizo la misma pregunta

Papa Benedicto XVI, pontífice desde el 19 de abril de 2005 hasta 28 de febrero de 2013. Hoy es papa emérito.

En 2006 Benedicto XVI, cuando llevaba casi un año en el puesto de San Pedro, realizó un viaje a Auschwitz (Polonia), el mayor centro de exterminio nazi en el que murió más de un millón de personas (el 90 por ciento judíos), allí se despachó con uno de los discursos más emotivos, enérgicos y reflexivos de su pontificado. (Leer discurso de 28 de mayo de 2006).

“¡Cuántas preguntas se nos imponen en este lugar! Siempre surge de nuevo la pregunta: ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal? (…) Nosotros no podemos escrutar el secreto de Dios. Sólo vemos fragmentos y nos equivocamos si queremos hacernos jueces de Dios y de la historia. En ese caso, no defenderíamos al hombre, sino que contribuiríamos sólo a su destrucción. No; en definitiva, debemos seguir elevando, con humildad pero con perseverancia, ese grito a Dios: ‘Levántate. No te olvides de tu criatura, el hombre’. Y el grito que elevamos a Dios debe ser, a la vez, un grito que penetre nuestro mismo corazón, para que se despierte en nosotros la presencia escondida de Dios, para que el poder que Dios ha depositado en nuestro corazón no quede cubierto y ahogado en nosotros por el fango del egoísmo, del miedo a los hombres, de la indiferencia y del oportunismo”.

Las respuestas papales son puntillosas para el escrutinio de ateos, agnósticos, científicos, tímidos cristianos, entre otros, pero son los racionamientos de hombres de nuestra especie y de nuestro tiempo, que en el pasado y en el presente, junto con otras confesiones, también se han hecho este tipo de racionamientos.

Si a usted le hicieran esa pregunta…¿cuál es su respuesta?

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares