Por: Juan Felipe Sosa Amaya
El tabaquismo es una de las mayores amenazas de salud pública que enfrenta la humanidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.300 millones de personas consumen algún producto del tabaco y más de 8 millones mueren por año a causa de este. En el caso de Colombia, existen 16 millones de consumidores de este producto, lo que ha dejado 34.800 muertes por año.
En el año 2023 la OMS otorgó un reconocimiento a Blanca Llorente, directora de investigación de la Fundación Anáas, organización colombiana que aportó políticas públicas para disminuir el consumo de cigarrillos como: aumentar los impuestos, proteger los ambientes libres de humo y garantizar la prohibición de la publicidad de productos relacionados.
Y es que una encuesta realizada por el DANE en 2021 reveló que los jóvenes entre los 12 y los 21 años han probado el cigarrillo una vez en su vida. Aunque el consumo de este producto empieza a temprana edad, se ha visto una disminución en los últimos años. Según el Ministerio de Salud esta práctica ha bajado un 21.5 por ciento.
El caso de Cristian Rodriguez, un ex consumidor de cigarrillo que por años luchó para dejarlo, cuenta que es un proceso difícil, pero que está ganando la batalla. “No es fácil dejar el cigarrillo, la rutina que lleva uno a diario hace que el estrés sea intenso y encontrar un refugio en el tabaco hace que uno se relaje y se olvide de los problemas por un momento. Tomé la decisión de dejarlo porque vi mi salud afectada, subir las escaleras y fatigarme hizo que considerara dejarlo por completo”, asegura Rodriguez.
“Son un millón de personas que han dejado el tabaco en los últimos 10 años”, sostiene Llorente, y añade que, aunque las cifras son buenas, falta implementar más acciones para salvar vidas de esta amenaza pública. En particular, con los reconocidos “vapeadores”, que -en su mayoría- también tienen nicotina. Sin embargo, recientemente la Cámara de representantes aprobó un proyecto de ley donde se busca regular los vapeadores (cigarrillos electrónicos) en los jóvenes e incluirlo en la ley antitabaco, que tendrá las misma restricciones y consolida una propuesta que Llorente luchó por años.
La lucha contra el tabaco en el mundo
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco en 1987, para llamar la atención de todos los países y disminuir el consumo de este producto así como mejorar la calidad de vida en los seres humanos.
El tema para este año en el Día mundial sin Tabaco es la inseguridad alimentaria en 79 países de bajos recursos como: Malawi, Mozambique y Zimbabwe, donde las empresas tabacaleras trasladan sus cultivos para reducir costos y aumentar su producción. En latinoamérica, el país que ocupa el primer lugar con más producción de cultivo de tabaco, es Brasil con más trescientos cincuenta mil hectáreas, mientras que Colombia apenas sobrepasa las cinco mil.
Debido a que los cultivos de tabaco van en aumento y los campesinos son incapaces de dejar esta práctica gracias a los incentivos que ofrecen las tabacaleras, ponen en riesgo su salud y la de sus familiares. Esto se debe a la práctica para cultivar y extraer el tabaco, pues todo es realizado a mano, lo que expone la piel al polvo que este produce cuando se recoge.
Según la OMS los principales trabajadores de cultivos de tabaco suelen ser las mujeres y los niños que están más expuestos al polvo que genera la hoja y a los plaguicidas químicos. Un dato que preocupa a esta población es que un agricultor puede absorber niveles altos de nicotina en su cuerpo, equivalente a 50 cigarrillos al día.
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