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Entre ciencia, política, ética y la necesidad de arrasar los narcocultivos

Corte Constitucional inició el debate formal sobre la posibilidad de flexibilizar las condiciones para volver a la aspersión con glifosato, luego de resolver los impedimentos que se presentaron por parte de tres magistrados. Una historia que trasciende las fronteras nacionales.

La situación no es fácil, pero requiere que los jueces tomen una decisión que no gustará a todos los colombianos, sea cual fuere el resultado.

La Corte Constitucional ya inició el debate formal sobre la posibilidad de flexibilizar las condiciones para volver a la aspersión con glifosato en el territorio nacional, para ello tendrá en cuenta que el Gobierno cumplió con las siguientes condiciones para determinar si se puede reanudar la aspersión con glifosato:

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Debe haber una regulación a través de un órgano independiente que garantice la evaluación de los riesgos sobre los derechos fundamentales a la salud y al ambiente de los ciudadanos.

Asimismo, el órgano debe ser diferente a los que implementan en el Programa de Erradicación de los Cultivos ilícitos.

Debe existir una evaluación a los riesgos en la salud, el medio ambiente y otras contingencias.

El proceso decisorio sobre esta materia deberá incluir una revisión automática de las decisiones cuando se alerte sobre nuevos riesgos.

Se deben incorporar investigaciones científicas sobre los riesgos de la calidad de la información que observarán estándares de rigor, calidad e imparcialidad.

Los procedimientos de queja, según la Corte, deberán ser comprehensivos, independientes, imparciales y vinculados con la evaluación de riesgo.

Utilizar evidencia objetiva y concluyente sobre la ausencia de daño a la salud y el ambiente.

A nivel internacional el tema toma otros rumbos. El Parlamento de Austria aprobó el pasado dos de julio una prohibición total del glifosato en el territorio nacional, convirtiendo al país en el primero de la UE en frenar por completo al controvertido herbicida en nombre del “principio de precaución”.

Y este principio tiene que ver con una comunicación de la OMS donde advierte de este agroquímico, y como señalan los expertos, se está creando un problema de fondo entre la jurisprudencia y la ciencia. El glifosato se comercializa bajo varias marcas, pero la más conocida es Roundup, de Monsanto, que ahora hace parte del grupo químico alemán Bayer.

Esta unión que se proyectaba muy promisoria, se ha convertido en un lastre a la famosa farmacéutica alemana que le ha representado millones de pérdidas por demandas de personas que se han enfermado de linfoma no-Hodgkins, principalmente en Estados Unidos, donde las demandas suman más de 2.713 millones de dólares.

En una publicación de la DW, los inversionistas de la farmacéutica comentaban que “El alguna vez gigante farmacéutico se ha convertido en un enano”, reclamó Ingo Speich, de Deka-Investment. Y Marc Tüngler, de la principal asociación de inversionistas, incluso habló de una pesadilla. “Nunca antes una compañía Dax había perdido tanto valor y reputación de forma tan rápida”, explicó.

Agrega DW que, Werner Baumann CEO de Bayer había estado casi una hora intentando explicar por qué fue una buena idea invertir 63 mil millones de dólares en Monsanto. Esa gestión hace de Bayer la empresa agrícola líder del mercado, sostuvo. Ya sea en semillas, protección de cultivos, biotecnología o agricultura digital, Bayer y Monsanto se complementan a la perfección y pronto eso valdrá la pena en términos financieros, afirmó, prometiendo ingresos adicionales de 1.000 millones de euros a partir de 2022 gracias a esta sinergia.

Las demandas continúan y en el mes de junio pasado se acusa a la empresa Monsanto, filial de Bayer, el haber investigado ilegalmente a 600 personas en Francia y Alemania para conocer sus posturas sobre los organismos genéticamente modificados y sobre el glifosato.

Según la agencia Afp, Monsanto creó listas de políticos, científicos y periodistas que clasificaba en función de su opinión sobre los pesticidas y los organismos transgénicos y en función a su presunta propensión a ser influidos. También hubo listas de este tipo en Italia, Holanda, Polonia, España y Reino Unido así como con miembros de las instituciones europeas.

| Nota del editor *

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