Así como se han implementado “medidas de control social” bajo amenazas para el confinamiento de diferentes departamentos del país como Antioquia, Cauca, Nariño, Chocó y Córdoba, donde intimidan a los habitantes para que no salgan de sus casas y los amenazan con ser castigados o asesinados en el caso de incumplir el aislamiento obligatorio. “La Unidad de Investigación y Acusación pudo observar que las amenazas generalizadas a la población civil, instigadas por Grupos Armados Organizados, aumentaron considerablemente en medio de la cuarentena decretada por el Gobierno nacional”.
Se puede decir que muchos de los habitantes de la capital del país, consideran que son temas y acciones que solo se ven en otros lugares o en zonas rurales, pero no se percatan que en la capital también existe una intimidación hacia una parte de la población, y si, en barrios de Bogotá existen restricciones de movilidad, lugares donde no se puede pasar porque hay manifestaciones por parte de los habitantes, muchos porque tienen hambre, otros quienes pueden aprovechar la situación para hacer daño y generar delincuencia.
En localidades como Usme y Ciudad Bolívar hay ciertos puntos donde cobran las llamadas “vacunas” para que los vendedores puerta a puerta puedan entrar al barrio y ofrecer sus productos, así como les cobran o hurtan los productos a los carros transportadores que llevan comida e implementos de primera necesidad, así como lo denuncia Andrea, habitante del barrio Brazuelos, quien menciona, “tampoco están dejando entrar carros que puedan traer comida, los están robando, están cobrando paso a los motociclistas, a los carros les cobran de a 5 mil pesos y son dos retenes, 20 mil pesos para entrar y para salir” o Felipe, quien vive en Ciudad Bolívar y dice que (…) “una cosa es el hambre, otra cosa es que se aprovechen de personas que nos suministran el alimento, y solo quieren trabajar, no dejarlos trabajar es cosa de delincuentes”.
Relatos
Esta situación la viven muchas personas que trabajan vendiendo y transportando alimentos, por ello, UNIMINUTO Radio habló con Erica y Fernando, vendedora y transportador de productos de primera necesidad quienes se han visto afectados por la situación.
Ellos se encargan de la distribución de mercancía a locales como supermercados, droguerías, y demás. Erica cuenta que no todo es malo, ella ha tenido buenas experiencias como vendedora , pero otras no tan buenas, pues en el barrio Caracolí de Ciudad Bolívar, lo calicafica como uno de los lugares más peligrosos para vender, pues después de mantener por un tiempo una ruta de venta en el lugar, no pudieron volver, porque malas personas o “maleantes” como ella los llama los sacaron de la zona, les pedían “vacuna” para entrar y salir del barrio, así como llevar mercancía tenían que pagar cierta suma de dinero.
Del mismo modo, Erica cuenta una experiencia fuerte para ella, pues tenía una compañera que se encontraba en embarazo, y por robarla, unos delincuentes casi la apuñalan, la hirieron, afortunadamente nada de gravedad.
Por su parte, Fernando cuenta que un día que fue a llevar la mercancía a este mismo lugar, después de pagar la “vacuna” le dieron “permiso” de entrar al barrio y entregar los pedidos que ya estaban vendidos, cuando salió del barrio se encontró con unos jóvenes que le exigieron entregar la mercancía que le quedaba en el carro, él sin poner problema, entregó todo lo que tenía para que no le hicieran nada y lo dejaran ir.
También recuerda un muy mal momento en el que en el barrio Sucre, en la localidad de Usme un transportador se opuso a que le robaran su mercancía y un delincuente le disparó en una pierna, Fernando tuvo que auxiliarlo y llevarlo a un hospital.
Estas historias que ellos cuentan no son más que malas experiencias que tienen que contar, simplemente por cumplir con su trabajo, estos temas no son ajenos para las personas que trabajan en la ciudad, no son cosas que solo pasan en lugares lejanos, estas son las historias y momentos que tienen que pasar trabajadores del común que tienen que vivir con este tipo de experiencias día a día.