El pasado martes funcionarios de la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) iniciaron la toma de las diferentes instalaciones de la EPS Cruz Blanca, última de las empresas prestadoras del servicio de salud que pertenecían al otrora poderoso Grupo Saludcoop, que causó un significativo hueco en el erario ante el desvío de fondos que estaban destinados a la atención medica de los colombianos.
¿Qué pasó con Cruz Blanca?
El ente regulador del sector salud tomó esta decisión como última instancia, a fin de garantizar que más de 336.000 usuarios registrados en esta empresa puedan seguir recibiendo sus servicios de atención médica en todo el territorio nacional.
La empresa, que desde el 2012 estaba bajo régimen especial de vigilancia, no pudo responder ante las distintas deficiencias que le fueron encontradas como el manejo de la alta cantidad de quejas que tenían en contra y que la ubicaron como la peor EPS del Régimen Contributivo con una tasa de desaprobación del 6,4% por cada mil afiliados, según el diario El Tiempo.
Adicional a esto, la prestadora de salud tiene una deficiente cobertura en todos los niveles de complejidad en atención, tenían inconvenientes en la gestión de su modelo de servicio asistencial y el suministro de medicamentos, entre otras complicaciones.
Todo esto impulsó a la Supersalud a decretar la intervención, inicialmente temporal, de Cruz Blanca EPS, lo que no asegura que esta decisión sea irreversible. Así mismo, la Procuraduría General de la Nación solicitó a la superintendencia, la intervención inmediata de la EPS Coomeva ante los reiterados incumplientos a sus más de dos millones de afiliados, según reseña el diario capitalino.
La toma de Cruz Blanca cierra el ciclo del polémico holding de empresas del sector médico que, durante los últimos años, tuvo pérdidas considerables por valor de $354.255 millones de pesos, y que venía de una seguidilla de actos similares contra las EPS Saludcoop, intervenida en el 2011 y liquidada en 2015 ante la inviabilidad de su operación y Cafesalud, que terminó vendida a los socios de la actual operadora Medimás, que heredó el deficit en la prestación del servicio de salud de su antecesor, así como su posible destino ante las investigaciones que tiene abiertas ante la Superintendencia.