Por: Carlos Beltrán
La conmemoración de esta fecha surgió a finales del año 2012 por iniciativa de unos administradores de Facebook que buscaron, por medio de las redes sociales, difundir y recordar la lucha de otras personas contra los TCA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los trastornos de conducta alimentaria se caracterizan por la excesiva pérdida de peso de manera deliberada por parte de una persona, arriesgando su propia salud por culpa de ayunos continuos y prolongados; y que aplican técnicas poco saludables enfocadas en un solo objetivo, no engordar. El distintivo con el que se representa este día tiene como factor diferencial una cinta de color azul.
En torno a este asunto abundan mitos que a través del tiempo se van desmintiendo o comprobando por medio de investigaciones que tienen como finalidad revelar cifras, encuestas, entrevistas, opiniones, etc. Para el año 2017 un estudio realizado por la Royal Society of Public Health británica demostró que Instagram es especialmente perjudicial en este sentido ya que fomenta las comparaciones. Adicionalmente, tanto en Facebook como Instagram aparecen fotografías poco realistas de las personas, lo que conlleva a una búsqueda incesante de la ‘perfección’, lo que luego desencadena un trastorno de autoestima o ansiedad.
De este modo, las redes sociales se convierten en un arma de doble filo frente al contenido que allí se difunde y la manera en cómo lo perciben los adolescentes y jóvenes. La médico psiquiatra Valentina Ortiz Skinner comenta sobre las redes sociales y los estereotipos que se generan por parte de la figura materna que: “si la mamá tiende a ser estricta, obsesiva y rígida con su figura es probable que favorezca trastornos alimenticios directamente en sus hijos”.
También aseguró que la actitud de los padres frente a un trastorno en adolescentes suele ser la de controlar todo el tiempo la alimentación de su hijo, modelar los espacios que él o ella comparte y decidir frente a los productos que pueden consumir o no.
La especialista en este tipo de conductas explica que, frente a un caso de trastorno de alimentación, se debe acudir a expertos que sepan tratar este tipo de situaciones y tengan la certeza de medicar y diagnosticar a un paciente. De hecho, ”Hay que revisar el peso y por consiguiente realizar exámenes pertinentes para comprobar la salud del paciente, luego hacer un abordaje interdisciplinario para recolectar distintos conceptos médicos y saber que tratamiento darle a la persona”, advierte.
Los conceptos de los profesionales son importantes para dimensionar la magnitud de estos trastornos y entender que el entorno social debe ser un factor que ayuda a construir la personalidad. Con lo anterior, se busca sensibilizar a las comunidades acerca de los contenidos que existen en redes sociales a los que están expuestos los adolescentes, y motivar a las familias para que exista un acompañamiento asertivo.
Actualmente son muchas las personas, familias, organizaciones, e instituciones que se unen el 30 de noviembre para sensibilizar a la población sobre el sufrimiento al que se enfrentan los pacientes que padecen de trastornos alimenticios y para recordarles o informarles que es posible superar este tipo de afecciones.
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