Mientras desaparecen cada vez más las profesiones estudiadas por mucho por el pasar del tiempo, el cambio de generación y transformación de estilos de vida, aumenta el desempleo. Este es un problema que se evidenció en el aislamiento obligatorio, así lo informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Mientras que en el 2019 el desempleo en hombres fue un 8.3% y en mujeres de 13,4%, en mayo de este año las cifras subieron notablemente, actualmente más del 25% de mujeres y el 18.6% de hombres no tienen un empleo para sustentar a sus familias. Las ciudades con mayor tasa de desempleo son:
1. Neiva: 32,8% (tasa global de participación: 56,9%; tasa de ocupación: 38,2%).
2. Ibagué: 31,7% (tasa global de participación: 54,8%; tasa de ocupación: 37,5%).
3. Armenia: 30,4% (tasa global de participación: 48,3%; tasa de ocupación: 33,6%).
Aunque el problema principal son las consecuencias económicas de la pandemia, la cual obligó a que muchas personas se quedaran en casa sin un trabajo y la terminación de contratos en algunas empresas también es causante de estas tasas, pues en algunos casos quienes eran secretarias mecanógrafas, en este momento algunas se dedican a la casa y otras aún no encuentran una vocación que pueda reemplazar su antiguo empleo.
Mecanógrafa:
Hace muchos años las mujeres eran expertas en escribir a máquina, siendo ellas las principales protagonistas de esta labor que se llevaba a cabo en cada una de las empresas, tanto así que se dictaban cursos para ejercer este trabajo. Solo quienes cumplían bien con sus tareas, podían ascender a secretarias. Hoy en día este puesto lo ocupan hombres y mujeres que escriben en un computador de manera muy rápida y sin errores.
Lecheros:
Era común que solo los hombres repartieran de puerta en puerta leche en botellas de vidrio, su medio de transporte eran burros, bicicletas o carretillas. Algunos cargaban la leche en cantinas o en canastas de metal. Hoy en día en algunos pueblos de Colombia pasa un señor en un camión avisando a los ciudadanos para que salgan con olla en mano y compren leche.
Operadoras de telefonía:
Fueron principalmente las mujeres las que participaron en el desarrollo de la telefonía, eran quienes se encargaban de marcar las famosas ‘extensiones’ como se conocen hoy en día. Anteriormente cuando alguien necesitaba llamar a otra persona, primero debían comunicarse con las operadoras y luego, ellas conectaban un cable para que pudiera hablar con la persona correcta. La operadora podía escuchar esas conversaciones ‘privadas’.
Hoy en día, por las nuevas tecnologías ya no existe este trabajo, porque lo hace una máquina a través de un sistema computarizado. Algunas empresas contratan a personas para contestar el teléfono y dirigir las llamadas dentro de la misma empresa, ahora se llama: Call Center.
Carteros:
Ellos recogían el correo de los buzones y lo clasificaban para poderlo repartir en hogares, fábricas, oficinas y otros lugares. Se les conocía por repartir las cartas en bicicleta y por usar uniformes azules, asegurándose que los paquetes deben llegar a la dirección correcta. Hoy en día existe esa profesión, sin embargo en algunas casas ya no hay buzones y las personas ya no mandan cartas impresas o escritas a mano como antes, solamente reciben facturas de pago.
Pregoneros:
Ellos eran quienes anunciaban las noticias y acontecimientos extraordinarios, mediante un megáfono y con una campana. Después del siglo XX su importancia disminuyó porque nació la televisión y prensa escrita.
Plañideras (lloronas de funerales):
Este oficio probablemente es el más raro de todos, puesto que se trata de personas que ofrecían sus lágrimas a cambio de dinero, en algunos casos era para demostrar a las personas que el fallecido era importante para la familia. Hay teorías que manifiestan que llorar a un muerto limpia el alma de todo pecado que haya cometido la persona muerta.
Recogedores de bolos:
Las boleras contrataban a jóvenes para que recogieran y organizaran nuevamente los llamados pinos luego de caer en la pista de bolos cuando la bola los impacta. Los muchachos debían quedarse al lado de los pinos, con el fin de cumplir rápidamente con su trabajo. Algunas veces se quedaban más tiempo para ganar dinero extra. Hoy en día una máquina se encarga de esta labor.
Campanero:
Existieron en la mayoría de iglesias, eran encargados de tocar, replicar, voltear las campanas y revisar el mantenimiento de estas. Cuando apareció el sistema mecanizado, muchos campaneros quedaron sin trabajo. Sin embargo en algunos municipios colombianos aún hay personas que hacen sonar las campanas de las iglesias.
Perforador de tren:
Hace tiempo muchos empleados perforaban los boletos de usuarios que iban a usar ese medio de transporte, con el fin de verificar quienes ingresaban al tren paguen su pasaje. Sin embargo, se crearon máquinas perforadoras y luego inventaron las tarjetas electrónicas como las del SITP en Bogotá y ocasionaron que el perforador fuera desapareciendo. Hoy en día aunque las personas no perforan, hay quienes se encargan de recargar dichas tarjetas electrónicas o también existe la labor del ayudante del chofer del bus quien se encarga de cobrar el valor del pasaje a los usuarios.
Operador de ascensor:
Ellos se encargaban de abrir y cerrar las puertas de los ascensores, también apretaban los botones de este aparato, con el fin de brindarle seguridad a los usuarios. Sin embargo hoy en día las puertas son automáticas y cualquier persona puede oprimir el botón que marca el piso al que se dirigen.
Despertador humano:
Hace muchos años hubo personas que pagaban para que alguien los despertara, hacían ruidos con silbatos hasta que quien los contrató se despertara. En el campo, el despertador era un gallo que cantaba antes de las 6 am. Hoy en día cualquier persona puede activar su alarma desde un dispositivo celular o reloj de mesa de noche.
Telegrafista:
Se trata de personas que chateaban con todo el mundo, mediante un sistema que emitía y recibía señales por medio de un código de impulsos eléctricos, sin embargo comenzó a desaparecer con la llegada del teléfono.
Hay muchas profesiones que también desaparecieron y pocos conocen, como: médicos ambulantes, afiladores, faroleros, aguadores, carboneros, cazadores de ratas, deshollinador, repartidores de periódicos en bicicletas, entre otros.