En estos días de cuarentena muchas personas han grabado a animales silvestres caminando libremente por distintas partes de Bogotá. La presencia de estos “visitantes” se ha dado en la localidad de Chapinero y en el vecino municipio de La Calera.
El aislamiento obligatorio causó avistamiento de fauna silvestre en la zona urbana de Bogotá. El ingeniero ambiental John Elkin Feo Duitama explica la razón de este fenómeno y menciona que se da porque el ser humano ya no frecuenta lugares públicos como: parques, calles, quebradas, ríos o sitios protegidos como: los cerros orientales y zonas de borde en la ruralidad (sectores como Usme y Ciudad Bolívar), así que los animales que habitan la parte alta de los ecosistemas bajan a la ciudad, con el fin de buscar comida, muchas veces son los residuos sólidos y orgánicos que dejan las personas.
Como se ha dejado de pasear a las mascotas, emitir presión sonora por los establecimientos comerciales e industriales y el tránsito de vehículos en la ciudad es nulo, esto permite que los animales lo asocien como no habitabilidad del ser humano, que siempre representa la mayor amenaza para ellos, afirmó el ingeniero ambiental.
Los seres humanos son una amenaza porque diariamente hacen actividades que ocasionan un deterioro en el ecosistema, por ejemplo “el modelo productivo en el que se producen combustibles fósiles y las emisiones generadas de CO2, la producción a gran escala de alimentos que aumentan la frontera agropecuaria en zonas de protección y preservación a nivel mundial; como ejemplo en la Amazonía se han perdido 47 millones de hectáreas de bosque nativo, entendiendo que los bosques son los principales sumideros del CO2, principal gas causante del incremento de la temperatura conocida como el calentamiento global”, así lo aseguró el ingeniero Feo Duitama.
Todas esas actividades están ocasionando una transformación en el ecosistema. Los glaciares se descongelan rápidamente, los polos del planeta aumentan el nivel del mar y el cambio de factores climáticos, obligan a que las especies se adapten a las nuevas condiciones, sin embargo aquellas que no pueden simplemente desaparecen y si quedan pocas se extinguen.
Por último, muchas personas comentan que los animales están reclamando su territorio de nuevo, respecto a eso John Elkin resaltó “nosotros ocupamos su hábitat, que inicialmente les perteneció. Estamos en el mismo territorio y la mala planeación urbanística interrumpe sus procesos migratorios, es por esto que uno de los retos del Plan de Ordenamiento Territorial es interconectar las zonas protegidas que se denomina técnicamente como la estructura Ecológica Principal de Bogotá, con las rondas quebradas y ríos urbanos para permitir ese tránsito de las especies y por supuesto sirvan de corredores biológicos para su reproducción alimentación, de esta forma lograr la armonía entre la urbanización y la protección, lo que llamamos la bioarquitectura”.