Yaobang, algunos aseguraban que era el más probable sucesor de Deng Xiaoping. Fue considerado como uno de los símbolos pacíficos y progresistas dentro de los cambios que se buscaban en China a finales del siglo XX en momentos que se producían cambios fundamentales en la geopolítica global.
Hoy se recuerda a las víctimas de ese genocidio que hizo el poder chino, y entre las imágenes más reconocidas en occidente esta la del joven que decidió pararse enfrente de uno de los tanques que se dirigían a disolver las protestas estudiantiles. Este hecho fue suficiente parea llamarlo como el ‘hombre del tanque’.
Eran tiempos de cambios en la China de Mao y su inmenso poder que quedó en la historia, además el panorama mundial se movía de forma radical, hasta el punto que meses después la URSS enfrentaba una crisis profunda que los llevó a desmantelar esa propuesta política económica de la Europa del Este.
La noche del 3 de junio y en la mañana del día siguiente, se lanzó un asalto militar a gran escala en la plaza, con tanques y soldados avanzando hacia ella y disparando. Algunos contraatacaron con sus propias manos, y varios manifestantes incendiaron vehículos blindados con cócteles Molotov.
Esta acción del gobierno y del partido comunista chino tuvo como propósito callar a los manifestantes, en su gran mayoría estudiantes, quienes exigían profundos cambios en uno de los gobiernos más autoritarios del continente asiático.
Se cree que en Pekín los manifestantes alcanzaron el millón de personas, una situación sin precedentes en la historia del gigante asiático, quienes exigían mayores libertades, acabar con la corrupción y transparencia entre las autoridades.
En la China de hoy, que ha realizado profundos cambios económicos, sociales y culturales, en días anteriores a esta fecha, el gobierno de Xin Jinping, implemento bloqueos hacia las plataformas digitales, todo con el firme propósito de contener las posibles reacciones que esta importante fecha pueda desencadenar en el país. Se busca que esta hoja de la historia se pierda, dado que fue el mismo sistema político del partido quien diera la orden de atacar al pueblo.
Desde los hechos acaecidos el 4 de junio de 1989, el gobierno chino ha recurrido a toda clase de métodos que permitan acallar de una vez por todas las cruentas imágenes que cada año salen a flote para enseñar una de las peores acciones del estado en contra del pueblo de la China Continental.
Hoy las nuevas generaciones desconocen en buena parte esta historia, y lo que representa la fuerza del Partido y la defensa a ultranza de sus ideas y su poder.