Consumo de vídeos: revolución de la cotidianidad

El consumo de vídeos en Internet supera los 5 billones por día solo en YouTube. Este tipo de contenido ha revolucionado la cotidianidad de las personas gracias a sus múltiples usos: entretenimiento, publicidad, capacitación entre otros.

YouTube celebra este año su aniversario número 14. Precisamente, el 14 de febrero de 2005, tres antiguos empleados de Paypal, crearon esta plataforma que revolucionó el internet. Para el 23 de abril de ese año, se subió el primer vídeo que fue grabado por uno de sus propietarios en un zoológico de San Diego.  En octubre de 2006 fue adquirido por Google Inc. al pagar la suma de 1.650 millones de dólares, siendo hoy en día una de sus filiales más famosas y rentables.

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Esta herramienta que permite el acceso gratuito a miles de vídeos, facilita además, la generación de contenidos por parte de los consumidores, hoy “prosumidores”. Gracias a esta facilidad, jóvenes alrededor del mundo se han catapultado como figuras publicas denominadas “Youtubers”.

Wilmar Daniel Gómez, docente de la facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Seccional Antioquia- Chocó, habló en La Voz de la U sobre el impacto que ha generado YouTube en la vida de las personas y cómo se ha convertido en un medio, no sólo para producir dinero, sino también para el aprendizaje.

“La cotidianidad se empieza a mezclar porque se rompen un montón de barreras, planteadas desde la sociedad de la información y el conocimiento.  Las fronteras físicas ya no existen en el mundo digital, fácilmente podemos consumir contenidos que estén creados en cualquier parte del mundo y eso lo hace mucho más accesible a nosotros”, mencionó el invitado Daniel Gómez.

En resumen, YouTube es una plataforma polifacética que ha transformado la cotidianidad de las personas y su forma de expresarse. Su utilidad puede ser vista a través de múltiples miradas, una de las más sobresalientes es como método de enseñanza,  en el que se promueve el aprendizaje, la autonomía y la responsabilidad de los espectadores, quienes tienen la posibilidad de acceder a los contenidos de manera gratuita y desde cualquier lugar del planeta.