El ente de control de las empresas prestadoras del servicio de salud tomó la decisión de acabar con la entidad, luego de que descubrieran un alto numero de peticiones, quejas, reclamos, denuncias y procesos sancionatorios que la EPS afrontaba y que no solucionó, con lo que ponía en riesgo la vida de sus casi 315.000 usuarios.
La orden de liquidación ratifica que la empresa solo podrá operar hasta el próximo 31 de octubre, y que después de esta fecha, tanto los 288.000 afiliados que tenia en el Régimen Contributivo y los cerca de 25.000 que figuran en su sistema de Régimen Subsidiado tendrán que ser trasladados a otras EPS que, según la Supersalud, no deben tener ningún inconveniente con la superintendencia o no debe estar bajo la vigilancia del ente fiscalizador.
Sobre la continuidad de los procesos referentes a la entrega de medicamentos, procedimientos, tratamientos e intervenciones quirúrgicas que Cruz Blanca EPS venia llevando con sus pacientes, la Supersalud llamó a la tranquilidad a los mismos y fue claro en que tanto Cruz Blanca como las EPS receptoras de los usuarios de la intervenida entidad no pueden negarles el servicio por ningún motivo.
La EPS tenia sus operaciones en Bogotá, Cundinamarca, Antioquía y El Valle del Cauca. Esta es el comunicado con el que la Supersalud confirmó la decisión: