Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

Los escritos de personalidades de la iglesia primitiva

Durante varios meses, el hoy papa emérito, Benedicto XVI, medió los textos más antiguos de la biblia católica.

Los protagonistas de los primeros años del cristianismo y las obras que nos legaron, fueron los temas de sucesivas catequesis del Sucesor de Pedro desde el 7 de marzo de 2007; quien durante varios meses meditó sus escritos “llenos de puntos de reflexión y de enseñanzas que valen también para nosotros hoy, y contienen numerosos temas que todavía hoy tenemos que afrontar”, señaló el papa Benedicto XVI.

San Clemente (c 35.), “su única obra segura es la Carta a los Corintios”. San Ignacio de Antioquía (c 35), el doctor de la unidad, “escribió cuatro cartas, respectivamente, a las Iglesias de Éfeso, Magnesia, Trales y Roma”. San Justino (c 100, 165), “como él mismo cuenta en los primeros capítulos de su Diálogo con Trifón, un misterioso personaje, un anciano con el que se encontró en la playa del mar, primero lo confundió, demostrándole la incapacidad del hombre para satisfacer únicamente con sus fuerzas la aspiración a lo divino. Las dos Apologías y el Diálogo con el judío Trifón son las únicas obras que nos quedan de él. En ellas, san Justino quiere ilustrar ante todo el proyecto divino de la creación y de la salvación que se realiza en Jesucristo”. San Ireneo de Lyon (c.202), “Como escritor, busca dos finalidades:  defender de los asaltos de los herejes la verdadera doctrina y exponer con claridad las verdades de la fe. A estas dos finalidades responden exactamente las dos obras que nos quedan de él:  los cinco libros “Contra las herejías” y “La exposición de la predicación apostólica”, que se puede considerar también como el más antiguo “catecismo de la doctrina cristiana”. En definitiva, san Ireneo es el campeón de la lucha contra las herejías”. Clemente de Alejandría, “Las obras más importantes que nos quedan de él son tres:  el Protréptico, el Pedagogo, y los Stromata. Aunque al parecer no era esta la intención originaria del autor, esos escritos constituyen una auténtica trilogía, destinada a acompañar eficazmente la maduración espiritual del cristiano”.

- Patrocinado -

Orígenes (c.182-251), “es el autor más prolífico de los tres primeros siglos cristianos; el núcleo central de la inmensa obra literaria de Orígenes (320 libros y de 310 homilías) consiste en su “triple lectura” de la Biblia. Orígenes leyó sistemáticamente la Biblia con sus célebres Comentarios”. Tertuliano (c 155-220), “inaugura la literatura cristiana en latín”. San Cipriano (c.200-258), A mí me gusta, dice el papa emérito Benedicto XVI; especialmente su libro sobre el «Padre nuestro», que me ha ayudado mucho a comprender mejor y a rezar mejor la “oración del Señor. Eusebio (c 263-339). “La fama imperecedera de Eusebio sigue estando vinculada en primer lugar a los diez libros de su Historia eclesiástica. Fue el primero en escribir una historia de la Iglesia, que sigue siendo fundamental gracias a las fuentes que Eusebio pone a nuestra disposición para siempre. San Atanasio de Alejandría (c 296-373), “La obra doctrinal más famosa del santo obispo de Alejandría es el tratado Sobre la encarnación del Verbo, también es autor de textos de meditaciones sobre los Salmos, muy difundidos desde entonces, y sobre todo de una obra que constituye el best seller de la antigua literatura cristiana, la Vida de san Antonio, es decir, la biografía de san Antonio abad”.

San Cirilo de Jerusalén (c.313-386), de èl “conservamos veinticuatro célebres catequesis, que impartió como obispo hacia el año 350”. Son un resumen “sobre el nuevo nacimiento del cristiano mediante el bautismo”. San Basilio (c 330-379), “habla extensamente del Espíritu Santo, al que dedicó un libro entero”. San Gregorio Nacianceno (c 329-390), “En la iglesita de la Anástasis pronunció cinco Discursos teológicos (Orationes 27-31: SC 250, 70-343) precisamente para defender y hacer en cierto modo inteligible la fe trinitaria”. San Gregorio de Nisa (c 335-394), “puso al servicio de Dios y de la Iglesia su talento de escritor y orador. Escribió numerosos discursos, homilías y panegíricos, muchas cartas y obras poéticas (casi 18.000 versos): una actividad verdaderamente prodigiosa. San Gregorio nos enseña, ante todo, la importancia y la necesidad de la oración”. Afirma que “es necesario acordarse de Dios con más frecuencia de la que se respira” (Oratio 27, 4: PG 250, 78). San Juan Crisóstomo (c.407), “es uno de los Padres más prolíficos: de él nos han llegado 17 tratados, más de 700 homilías auténticas, los comentarios a san Mateo y a san Pablo (cartas a los Romanos, a los Corintios, a los Efesios y a los hebreos) y 241 cartas. No fue un teólogo especulativo.”

San Cirilo de Alejandría (c 378-444), Sus escritos son “verdaderamente muy numerosos y difundidos ampliamente, son de importancia primaria para la historia del cristianismo. Son importantes sus comentarios a muchos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento” (el Pentateuco, Isaías, los Salmos y los evangelios de san Juan y de san Lucas). San Hilario de Poitiers (c.315-368), “escribió el Comentario al Evangelio de san Mateo. Se trata del comentario más antiguo en latín que nos ha llegado de este Evangelio. En los últimos años de su vida compuso los Tratados sobre los salmos, un comentario a 58 salmos”. San Ambrosio (c 397), “introdujo en el ambiente latino la meditación de las Escrituras iniciada por Orígenes, impulsando en Occidente la práctica de la lectio divina.”

@luforero4

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares