Por: Laura Valentina Parra Quintero. 8vo. Semestre
La pandemia ha traído muchas implicaciones a nivel general en la vida de todos, la economía, la salud, la educación, entre muchos otros aspectos que han cambiado el funcionamiento general del mundo. Así mismo, la salud mental se ha visto afectada de manera significativa, especialmente entre los trabajadores de la salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, el estrés laboral es una enfermedad real que afecta negativamente la salud física y sicológica de las personas, y puede impactar la productividad y el clima laboral. Según la OMS el estrés laboral es la duodécima causa de muerte más importante en el mundo.
Con el Covid 19 se les ha dado más visibilidad a las enfermedades laborales, pero para hablar puntualmente, el síndrome de Burnout o también conocido como “el síndrome de desgaste laboral”, afecta principalmente los aspectos emocional, físico, cognitivo o y conductual de las personas.
Según la Revista de la Facultad de Ciencias de la Salud, en un estudio realizado sobre el Burnout y la psiconeuroendocrinoinmunología, Colombia no es ajena a la situación, tiene un reporte de 43,157 casos de los cuales 7,651 se dieron en médicos, 11,171 en auxiliares de enfermería, 4,611 en enfermeros profesionales.
Según el psicólogo clínico Miguel Ángel Jiménez Toro, este síndrome se debe a una respuesta de estrés crónico causado por el agotamiento laboral, que afecta tanto al individuo como a la organización. Se evidencia en la persona un agotamiento físico, una despersonalización y podría relacionarse con otras enfermedades como la depresión o la ansiedad; se puede presentar en cualquier actividad laboral, pero tendrá mayor impacto en las profesiones asistenciales o de cuidado.
Durante el periodo de pandemia aumentó el Burnout, especialmente en el área de la salud, teniendo en cuenta que antes estaba presente pero no con la misma intensidad. Entre los factores a tener en cuenta a la hora de realizar un diagnóstico están la edad, el sexo, el estado civil, la personalidad y la intensidad de las jornadas laborales. En el contexto de la pandemia los niveles de estrés aumentaron ante el hecho de no contar con todos los insumos necesarios, afirma Jiménez.
Del mismo modo las relaciones interpersonales no se desarrollaban de la misma manera. El contacto con la familia era menor y distante; por otro lado, muchos trabajadores de la salud fueron amenazados por trabajar con pacientes covid y también fueron juzgados acusándoseles que les convenía la existencia de la pandemia.
En cuestión de género, las mujeres han recibido el mayor impacto, pues su presencia en los ámbitos de la economía del cuidado es mayoritaria, a quienes además de sus responsabilidades en el trabajo, se le suma sus labores en los ambientes familiar y personal, un sobrecargo adicional a lo profesional en comparación con la mayoría de los hombres.
Para conocer la perspectiva de los trabajadores de la salud, los principales afectados, Tatiana Ariza, jefe de enfermería de la clínica El Country, cuenta que el impacto de la pandemia en su vida y en su trabajo fue muy grande. Se involucraba de más con los pacientes con los casos más críticos que trataba, que le desató un desbalance emocional. Decidió pedir ayuda para tratarlo con una psicóloga a fin de manejar la ansiedad que la agobiaba.
Daniel Rodríguez, enfermero jefe de la Fundación Clínica Shaio, relata que el trabajo a lo largo de la pandemia ha sido pesado, triste y lleno de incertidumbre. Asegura que vivir la magnitud de una pandemia ha sido muy impactante ante el miedo de contagiarse, y de llevar el virus al hogar con las implicaciones que esto significaría en la salud de la familia, pues ha conocido de primera mano cómo han muerto muchas personas.
Rodríguez afirma que muchos compañeros se incapacitaban para evitar trabajar; otros decidieron renunciar a sus labores por temor, generando una carga laboral mayor porque no había suficiente personal para cubrir la demanda. En ocasiones, se evidenciaba la falta de preparación para enfrentar una situación como esta.
Rodríguez dice que la salud física se vio también muy afectada. Antes de la pandemia tenía hábitos saludables como montar bicicleta o caminar diariamente, y ahora tiene muchos problemas físicos y se cansa más rápido debido al sedentarismo y al trabajo adicional, factores que han afectado su salud mental, que lo han obligado alejarse de pacientes covid, para alivianar la carga que ha tenido durante la crisis sanitaria.
Anteriormente, este síndrome no era considerado una enfermedad laboral; sin embargo, en el decreto 1477 de 2014 se emitió una nueva tabla de enfermedades laborales que incluye el Burnout, lo que significa que de padecerlo se podría incapacitar al paciente de ser necesario, sin riesgo de perder su trabajo.
