En el sur de Bogotá, localidad siete de Bogotá se encuentran ubicados unos negocios ambulantes, los cuales pueden considerarse como iniciativas de emprendimiento con el fin de lograr buscar algún sustento para ellos y sus familias, es por eso que con la pandemia muchos no tuvieron cómo salir al “rebusque”.
Pero una vez comenzó la reactivación completa y en está época de diciembre donde la gente compra, muchas veces de última hora para el 24 de diciembre o para cumpleaños que se celebren en esta temporada, a los trabajadores informales los motiva a salir a las calles a aguantarse el fuerte sol, lluvias y fuertes vientos con el único fin de poder llevar, aunque sea un poco de dinero que les signifique a ellos llevar algo de sustento para sus casas.
Según las estadísticas que arroja el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el desempleo en Colombia para el 2021, reporte referente a los meses entre julio y septiembre es del 12,9 % mientras que a nivel Bogotá la cifra aumenta a los 14,4%.
Una de las personas que hace parte de estas formas de informalidad laboral que existe en el país es la señora Marleny Sáenz que nos comentó acerca de la necesidad que la llevó a salir a la calle a ´rebuscarse la vida´, “Yo soy cosmetóloga profesional, pero tuve una condición de uno de mis oídos que me afecto y me incapacito para realizar este tipo de funciones. A mí me gusta hacer llaveros, me gusta mucho la artesanía y también vendo estos peluchitos que saco para estas épocas de navidad, esto lo hago para rebuscarme la vida porque no tengo pensión, no tengo hijos y pues no tengo entradas de nada”.
Este es solo uno de los muchos aspectos que llevan a gente como Marleny a salir y buscar que puede conseguir para llevar algo para su casa y pensar cómo será el día de mañana. Marleny nos habló de por qué saca un puesto en la calle y no uno en un local o algo parecido para refugiarse de los impases del clima, “La cuestión es que uno aquí a duras penas hace para comer entonces no hay posibilidad de hacer para tener un local, a mí me gusta más hacerme en la calle porque yo le tengo fobia al encierro, igualmente yo ya he tenido locales pero como le digo el encierro conmigo no va. Yo aquí atiendo con todo lo indicado, tengo mis vacunas de Covid al día y me gusta siempre estar en la calle, estar cerca de la gente”.
Otra de las personas con quienes hablamos fue Norberto Cáceres, quien nos habló sobre su emprendimiento, “El emprendimiento mío se trata de pagar un satélite para que me fabriquen pijamas, me confeccionen ropa y para distribuirlo ya sea al por mayor o sino por unidad, ese es mi día a día con la ropa”.
Además, nos dijo que fue lo que lo llevó a parar todos los días en el mismo sitio a vender sus productos, “La razón fue que yo tuve almacenes y no dio, quebré durante la pandemia cerca de 35 millones de pesos, entonces con lo que me quedo tuve varios negocios como de desechables, pero tampoco dio porque no se hacía para sostener el local y fue ahí donde decidí salir a la calle para poder sobrevivir”
Un aspecto que llamó la atención en el diálogo con Norberto manifiesta que él había hecho todo el proceso para que recibiera ayudas del gobierno, pero finalmente no le fue posible recibirlas, “Yo pase, cuándo el gobierno ofreció ayudas y yo quería para el negocio este de las ropas, pero no me aprobaron el aporte que estaba dando el gobierno y quedó pendiente que para más adelante, pero al final no logre quedar para esa ayuda”.
Este tipo de historias que se encuentran en las calles de Colombia todos los días, son luchas con las que tiene que librar los vendedores ambulantes, informales o como ellos dicen emprendedores que día a día les toca vivir un verdadero “viacrucis” para poder llevar un plato de comida para sus casas.