Anastasia Belousova es profesora de la Universidad Nacional de Colombia, nació en Volgogrado (Rusia) y es graduada en Italianística e Historia de la Literatura Occidental en la Universidad Estatal M. V. Lomonosov de Moscú. Tiene una maestría en Italianística por la Universidad de Bolonia y un doctorado en Ciencias filológicas (especialización en Literatura rusa) del Instituto de Estudios Avanzados en Humanidades E.M. Meletinsky en Moscú. Culminada su formación académica, se desempeñó como profesora de Historia de las literaturas extranjeras en la Facultad de Filología de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú.
Decidió abandonar su país hace ya casi una década por rechazo hacia la censura, actualmente es profesora de la Universidad Nacional de Colombia y dicta cursos sobre literatura rusa, italiana y crítica literaria. Ella atendió los micrófonos de UNIMINUTO Radio para brindar una perspectiva y reflexión distinta, desde su campo académico, respecto a la guerra que actualmente disputa Rusia y Ucrania, nos comentó lo siguiente:
Anastasia, ¿Qué lectura hace de lo que está sucediendo en Rusia?
Aunque no soy especialista en ciencias políticas ni en geopolítica, la lectura que doy a este conflicto es desde la perspectiva interna rusa. Yo creo que, aunque se ha armado todo un discurso geopolítico para justificar la invasión, -un discurso que expone el presidente Putin- detrás hay un claro interés electoral; Putin lleva más de 20 años en el poder y, desde antes de empezar la invasión ucraniana, se veía cierto declive en su apoyo, cierto cansancio de la sociedad rusa frente a esa misma figura de poder.
Entonces, como Putin ya hizo en otras ocasiones, -desde 2008, con la invasión a Georgia y después en 2014 con Crimea- probablemente decidió utilizar la misma herramienta que en otras ocasiones. Así, le sirvió bastante generar una pequeña guerra “exitosa” que le permitiese consolidar su poder y obtener una aprobación de amplios sectores de la sociedad rusa; aprobación que no está basada en la situación de mejora económica, aumento del nivel de vida o logros sociales, claro está.
Lo anterior es simplemente un logro militar que distrae la atención de la sociedad por los problemas graves que tiene el país; además, aumenta aquel apoyo que Putin como líder autócrata necesita. Y es que necesita tal apoyo porque no puede dejar el poder; porque si Putin deja el poder cambia todo el sistema; todo el clan al que pertenece se ve amenazado, como por ejemplo, sus propiedades y todos los frutos de la corrupción, aquello que lograron durante los últimos 20 años.
Por eso es que veo que la idea inicial era muy sencilla; querían conquistar Ucrania muy rápidamente, -o tal vez no conquistar- sino cambiar el régimen y con él la situación interna; para luego, por supuesto, posicionarse a nivel internacional.
Sin embargo las cosas no salieron de esta manera, Putin ahora está en un conflicto que él no puede ganar, pero tampoco puede terminar; precisamente porque quedaría como un perdedor frente a la misma sociedad rusa que tanto está necesitando.
Hasta cuándo cree que Putin sostendrá este discurso propagandístico para, por lo menos, sacar ese rédito político en el que está interesado?, ¿Hasta las próximas elecciones?
Le llaman ‘El problema del 24’, y es que la guerra en Ucrania puede ser visto como una solución o -cuanto menos- un “intento de solucionar” el problema de su reelección; sin embargo, aún no sabemos con qué nos vamos a encontrar para ese entonces. Así pues, todavía no hay ninguna otra figura, no hay ningún sucesor al señor Putin; simplemente parece que él va a lanzarse y estará solo durante las próximas elecciones de 2024.
Algunas personas ucranianas aseguran que la mayoría de población rusa está completamente de acuerdo con lo que está sucediendo frente a esa arremetida bélica de Putin en Ucrania. ¿Existe un ‘lavado de cerebro’ a la población Rusa?
Cuesta creer un poco en ese absoluto. Yo no puedo criticar las miradas ucranianas porque justamente considero que desde el dolor y la tragedia de la guerra, ellos no pueden -tampoco están en el deber- de pensar en los
matices. Pero desde la perspectiva rusa, desde mi conocimiento de mi país, puedo afirmar que no todos los rusos apoyan la ‘operación especial’, tal como han llegado a denominarle.
Putin desde 2004 lo primero que hizo fue establecer un control absoluto; y aunque fue un poco paulatino, desde hace años el control mediático total está en las manos del gobierno y de Putin personalmente. Entonces, por supuesto que se podría plantear que una gran parte de la población rusa desde hace años está sometida a un lavado de cerebro constante por todos los medios de comunicación; sobre todo la televisión.
Allí, tienen un discurso absolutamente coherente y totalmente falso sobre lo que es Ucrania. Es un discurso que también escuchamos aquí en Latinoamérica y en otros lados a donde llegan los medios de propaganda rusos. Efectivamente muchos rusos son víctimas de aquel discurso; porque se ha ido preparando, no desde ahora, sino desde antes de la anexión de
Crimea.
Existe también una gran parte de la sociedad que también es víctima de esta política absolutamente consciente e intencionada del gobierno ruso. Recordemos que no hay periodismo, no hay canales alternativos de información; existe la censura, etc. Asimismo, hay una parte de la población, -difícil de saber cuán grande es- que está completamente silenciada. Y las últimas voces de la oposición, fueron silenciadas hace poco después de iniciada la invasión.
No hay acceso a nada, mucha gente es víctima; no pueden decir nada, porque si dicen algo los mandan a la cárcel por siete años o los ponen en la lista de agentes extranjeros, lo que representa un gran problema para la persona, ya que ve automáticamente discriminados sus derechos en muchos aspectos.
¿Cuánto tiempo lleva en Colombia?
Desde 2013.
¿Y por qué vino? ¿Cuál es la razón?
Bueno, vine por razones personales, pero en parte también porque en ese momento, cuando estaba terminando mis estudios de doctorado en Rusia, sentí que el ambiente estaba cambiando. En 2011-2012, vimos un último gran movimiento político cuando la sociedad civil rusa intentó oponerse a Putin; cuando Putin decidió volver al poder tras años en los que Medvédev era presidente. En ese momento, trató de hablar en contra de este movimiento que muchos consideraron anti constitucional.
Sin embargo, este movimiento fue reprendido, y para mí, al igual que para muchos rusos en ese momento, fue un momento de ruptura. Los más inteligentes, probablemente, o las personas que tienen más perspectiva, abandonaron totalmente Rusia en estos años. En 2014, me surgió la convicción de que volver a Rusia no era la mejor estrategia, principalmente porque siempre hubo esta tendencia hacia la censura; hacia la opresión de la sociedad civil, de la democracia; aumento de la corrupción; aumento del poder incontrolado de las fuerzas como la policía secreta, etc.
De esta manera, encontré mi segundo hogar en Colombia, y desde 2015, de hecho, no he ido a Rusia, aunque tengo familia en el país.
¿No hay planes de volver a Rusia?, ¿Quizá en un futuro cercano?
No está cerca. Y esto es debido a otro aspecto que señalamos, ¿Cómo es que piensan que todos los rusos apoyan la invasión? Tienen que pensar cuántos rusos dejaron el país en el último año, dejándolo todo, abandonando a sus seres queridos, dejando sus vidas establecidas y terminando en Transas Cristianas, en Georgia, en Argentina; algunos de ellos, incluso en Colombia. ¿Por qué? Porque, en parte, están bajo el riesgo del reclutamiento y no quieren participar -en el caso de los hombres jóvenes- en ir y asesinar y matar ucranianos. Por ello personas simplemente no pueden vivir en el país, es un país que prácticamente se está convirtiendo en un país fascista, y no pueden seguir viviendo allí.
¿Cómo ha sido la acogida del pueblo colombiano?
Creo que el pueblo colombiano es uno de los más hospitalarios del mundo. De hecho, Colombia tiene fama de estar llena de cordialidad, y desde mi experiencia como persona, diría que la acogida ha sido siempre muy, muy buena. Por supuesto, en este conflicto puntual, hay algo interesante y es que para muchos colombianos, Rusia sigue siendo la heredera de la Unión Soviética; de hecho, hay un cierto apoyo, -tal vez no tan pronunciado- por “la causa” de Putin, debido justamente al anti americanismo colombiano. Pero al nivel personal e individual, el trato siempre ha sido muy bueno.
En este instante, este momento que están viviendo los rusos, qué tipo de literatura generará para las siguientes generaciones?, ¿Cuál será el tipo de literatura que se suscitará?
Es una pregunta muy interesante, puesto que la cultura rusa está viviendo una gran crisis identitaria y seguramente habrá una transformación. Y es que la cultura rusa, aunque siempre habló de la ‘gran literatura rusa’, siempre ha sido la literatura de ‘los perseguidos, exiliados y oprimidos’. Aunque yo personalmente considero que tildar de imperialista -como se le ha denominado- a la literatura del siglo XIX es una lectura anacrónica; considero que es una lectura que puede ser aceptada hasta cierto punto, siendo vista desde su amplio contexto.
Es una lectura desde actualidad; la cultura rusa está en este momento haciendo un gran trabajo de reinterpretación de su pasado, algo que podríamos llamar un giro decolonial. Así pues, debemos preocuparnos por ver cuáles elementos de esta gran tradición, de alguna manera fueron utilizados para armar el discurso político de propaganda de Putin. Cómo podemos críticamente repensar este pasado nos llevará a una exploración mucho más atenta y mucho más detallada de lo que es la literatura regional; la tierra, los nacionalismos, las culturas, múltiples culturas del ex imperio ruso; de la Unión Soviética y de la Rusia actual.
La política de Putin es la de “ser los responsables”, y aunque es cierto que algunos elementos de la cultura rusa fueron instrumentalizados por él, es justamente esta instrumentalización quien debe ser entendida y analizada críticamente para abrir nuevos caminos como si se tratase de “una pintura rusa renovada”.
Escuche la entrevista completa de Anastasia Belousova para UNIMINUTO Radio, aquí.