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¿Qué es eso que llamamos infancia?

Escrito por Giovanny Ramírez Estudiante de Lic. Filosofía

Tomada de:http://www.child-encyclopedia.com/child-care-early-childhood-education-and-care

Con el pretexto de reflexionar sobre la infancia el programa de hoy estuvo anclado en
la memoria, el recuerdo, aquella “facultad” humana, para decirlo de algún modo, de
volver sobre el pasado para traerlo al presente, y ponerlo en marcha a partir de las
nuevas vivencias. Pero, ¿Qué es eso que llamamos infancia? Más que una definición
(cerrada y estática como suelen ser), esta categoría puede ser abordada desde
diferentes frentes. Generalmente, se la entiende desde su sentido etimológico: el
infante es aquel “falto de habla”, que aún no ha llegado a los 7 años de edad; es decir,
una “personita” que aún no ha llegado a Ser, ontológicamente hablando, pero que con
una formación adecuada puede completarse y realizarse.

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Esta es la mirada cronológica (chrónos), que entiende la infancia desde la temporalidad, desde la linealidad de los sucesos que encuentran su punto de partida en una etapa determinada (en este caso la inicial), previa a un completo y posterior desarrollo. Así entendida, la infancia también puede ser concebida como el tiempo de la
oportunidad (kairós), en el que se reciben las instrucciones que sientan las bases de la
vida adulta. Una etapa ciertamente importante, pero que se debe superar en pro del
adulto “razonador”, “autónomo” y productivo. La infancia, ligada de este modo al
tiempo, queda pues, reducida a una simple etapa de la vida que se debe superar o una
instancia que puede usarse con fines lucrativos.

Pero la infancia es mucho más que eso, y para mostrarlo, el artista plástico Roberto
Sánchez, junto a los docentes Orlando Cadena y Víctor Rojas, dialogan en lo que
puede ser un tema demasiado olvidado para unos adultos cada vez más imbuidos en
un mundo que, por su misma lógica (capitalista y depredadora), rechaza todo atisbo
de lo que puede hacerle humano, como puede ser el mundo de la infancia. Un diálogo
abierto, profundo y sentido, que reconoce la infancia como algo más que chrónos y
kairós, tal vez, más parecida al aión, tiempo de la experiencia, donde la eternidad se
funde con el devenir, para develar un presente cambiante, intenso, cargado de vida y
de posibilidades.

Muchos son los escritores que se han referido a la infancia en estos términos, muchas
las obras en las que la infancia aparece como el aión de la vida humana. Basta con
recordar al Fausto de Goethe. Aquella obra espléndida que muestra la grandeza y
miseria humana, y que se convirtió en el espejo mismo de la Modernidad. En ella, se
hace alusión a un acontecimiento peculiar. Es domingo de Pascua, miles de personas
peregrinan en las primeras horas del día hacia la catedral de la ciudad. El sol se alza
en todo su esplendor mientras las campanas anuncian, cada vez con mayor fuerza, la
resurrección de Cristo.

A partir de allí, a Fausto le recorre una extraña sensación. Por
primera vez en muchos años se siente fuerte, soñador… ¡Se siente vivo! Pero no se
trata de una manifestación mística que apele a la resurrección del Dios festejado
afuera, cuanto a ese sonido peculiar que retumba en el interior del adulto y frio Fausto.
Un sonido común, que le solía alegrar de niño, pero que ahora le recorre cada fibra
sensitiva, para reconducirlo hacia la inagotable fuente de energía de su infancia.
Lo que Fausto experimenta, en la soledad de su ser, es la fuerza vital del recuerdo.

Esa memoria sensitiva que se revive en los momentos más inesperados. El sonido de
las campanas, como los colores, olores, sonidos y sensaciones, aparentemente
esporádicas pero luminosas, ponen a Fausto en contacto con toda la enterrada vida de
su infancia. A partir de este momento, se sumerge en las profundidades de un mundo
que toda su vida adulta le ha obligado a olvidar. Se presenta ante él toda la fuerza
emocional y sensitiva perdida con el trascurrir de los años. Queda roto el velo de la
interioridad y se revelar el nuevo ser, capaz de enfrentar y transformar el mundo.
Pues bien, hacia esa fuente originaria, desde donde brota la vida, es que se condujo el
programa de hoy, esperando con ello hacer memoria y navegar como Fausto, a las
profundidades del ser y, con suerte, poder renacer como él al revolucionario mundo
de la infancia.

Parte 1

Parte 2

Conduce: Merceditas Beltran, Víctor Rojas, Karen Arias, Wendy Sánchez.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

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