El Supersón Frailejónico no es un juego de palabras para referirse a una planta de otros mundos. En este caso es la búsqueda de una agrupación de nueve músicos Bogotanos que desde hace ya dos años viene planteándose la experimentación y el aprendizaje con los sonidos indígenas del sur del país, las músicas campesinas y la recuperación ancestral de las culturas del altiplano cundiboyacense.
Se componen de instrumentos acústicos como flautas, cuerdas y tambores tradicionales. Sus integrantes son Alejandro Durán (Voz, flauta, requinto, tiple); Helberth Meléndez Carrillo (Tiple, requinto, voz); Camilo Cubillos (Bombo, caja, voz), Camilo Bartelsman (Bombo, caja, voz); Luis Palacios (Chiflo, flauta, voz); Michels Manchengo (Voz, chiflo, flauta); Julián Ferreira (Contrabajo, Flauta); Juan Daniel Neira (Guacharaca) y Edgar Marún (Contrabajo)
Su intención, cantar a las tradiciones, al ecosistema, a la preocupación por la catástrofe ambiental, a la amenaza a la vida. Desde allí trasmitir esa sensibilidad del desaprender con la tierra y volver a la ancestralidad para llegar a mucha gente que escucha estos sonidos campesinos en su cotidianidad y en sus celebraciones.
Sus letras son agridulces, no están en el lugar insulso, de quien no se quiere comprometer con nada. Por el contrario, están conectadas con la realidad que les toca. Pasan por la reflexión colectiva, por sus preocupaciones personales y la experiencia que les permite tener un estilo propio y mucha claridad política y temática.
No les tiembla la voz para cantarle a sus paramos, a la defensa de vida y del agua. Mucho menos para denuncia a “Doña Juana”, esa vecina maluca que ya no soportan más, los habitantes del sur de Bogotá, o a la maldición de la abundancia a la que parecemos estar condenados por la economía extractiva. Así de simple, así de contundente, en defensa de la tierrita, es la música de Supersón Frailejónico.
Juegan con las palabras, con la malicia y riqueza del lenguaje campesino, con sus particulares búsqueda estéticas, pero sin dejar de lado las éticas que despiertan sensaciones diversas. Para nosotros son la esperanza de seguir escuchando esas Voces en Movimiento, esta vez, desde la compleja tarea, de volver la acción, también canción.