Una de las preguntas que prevalece hoy, a la hora de hablar sobre hábitos alimenticios sanos, es si el vegetarianismo es la dieta más saludable.
Gran parte del proceso evolutivo, como el tamaño corporal, el volumen considerable del cerebro y el número apropiado de neuronas, han dependido del consumo de productos de origen animal, o por lo menos, así lo señala una investigación realizada por la Universidad de Harvard en 2016. Sin embargo, la dieta vegetariana, se ha vuelto un estilo de vida en los últimos años.
Pero, ¿qué es ser vegetariano?
Es una práctica que opta por no ingerir carnes de ningún tipo: ni aves, ni res, cerdo o pescado, pero sí, es posible el consumo de productos como huevos y lácteos, acompañados de legumbres, vegetales, nueces, semillas y frutas.
Es importante mencionar que esta práctica, comenzó en la India con el emperador Ashoka hacia el año 304 a.C, quien, mientras estuvo gozando del poder, intentó infundir a su pueblo el respeto por la vida.
En uno de sus escritos indicó:
“Por causa del Amado de los dioses, rey Piyadasi, se ha escrito este edicto Dhamma. Aquí (en mis dominios) no se matará ni ofrecerá en sacrificio ningún ser vivo”.
Fue claro aquel mandato para la época, y aunque la teoría de la evolución humana, afirma que el consumo de carne animal contribuyó al cambio de la fisionomía de los primeros hombres, hasta llevarlo a su completo desarrollo, no siempre ha sido necesaria para la subsistencia del mismo.
Según un estudio realizado por la organización de derechos animales Verein Gegen Tierfabrik (VGT), en la actualidad existen más 600 millones de vegetarianos en el mundo, y los países que más practican dicho estilo de vida son: Inglaterra, India, Australia, Alemania, Francia, EE. UU y Brasil.
Convicciones morales como el respeto por la vida animal y el planeta, creencias religiosas y estados de salud, son los que han hecho posible esta práctica a nivel mundial.
Evitar el consumo de carne por salud pero “responsablemente”
El consumo excesivo de carne que ha sido procesada industrialmente, tiende a relacionarse con el desarrollo de enfermedades que aumentan el riesgo de mortalidad en el mundo. Francesca Crowe, epidemióloga nutricional de la Universidad de Oxford, en una investigación realizada en el año 2013, indicó que a menudo, los mayores problemas cardíacos son producidos por altos niveles de colesterol que proporcionan las carnes en el cuerpo humano.
Así mismo, la Organización Mundial para la Salud (OMS), ha dictaminado que el consumo de proteína animal, puede generar algunos tipos de cáncer de la misma forma que lo hace el asbesto y el tabaco. De igual manera, provoca padecimientos como la diabetes, el acné, la disfunción eréctil, el Alzheimer y la obesidad.
Dados estos aspectos, las personas que decidieron suspender la carne definitivamente de sus hábitos alimenticios, y practicar el vegetarianismo, afirman que ha sido posible tener una vida mucho más saludable.
Sobre esto, Adriana Chaparro, profesora de agronomía de la Universidad Minuto de Dios, quien, es vegetariana hace tres años, indicó a UNIMINUTO Radio que “Yo padezco de un problema de hígado muy grave, me sometí a cuatro cirugías por mi enfermedad, y esto conllevó a que sufriera problemas digestivos muy fuertes, sin embargo, la dieta vegetariana ha hecho más llevadero mi malestar. Ahora ingiero mayor cantidad de fibra, lo que es un alivio inmenso para el estreñimiento”.
La docente agrega que también la motivó una investigación que realizó sobre la bio-acumulación, la cual dictamina que en la cadena alimenticia es muy común que se generen sustancias malignas a partir de fuentes bióticas, es decir, sí existe una sustancia tóxica en el suelo o en el agua, es probable que pase directamente a los vegetales, los cuales son ingeridos por los animales que posteriormente pasan a ser parte de nuestro menú. “A quienes más afecta este tipo de toxinas es a las mujeres cuando están en tiempo de gestación” afirma.
Sin embargo, algunos nutricionistas aseguran que esta proteína proporciona vitaminas importantes para el desarrollo del cerebro y el cuerpo, como la B12, vitamina D, Hierro y Zinc; y que dejarla provocaría serios problemas musculares, cansancio excesivo, debilidad,dificultad en el transporte del oxígeno, anemia y deficiencia de calcio en el organismo. Por ello, es necesario reemplazarlas en caso de practicar un estilo de vida que no incluya productos de origen animal en la nutrición.
Entre tanto, Angélica Veloza, nutricionista y dietista del centro médico NUDO- Nutrición y Bienestar de Bogotá, indicó a UNIMINUTO Radio, que los alimentos de origen animal no solamente suministran proteína sino también vitaminas muy importantes “es contraproducente abandonarlos y no reemplazarlos”. Una persona que consuma huevos y lácteos, podría cubrir sus necesidades nutricionales de forma correcta, siendo vegetariana, incluso desde la infancia, a esta etapa se le llama lacto-vegetariano.
“Cualquiera puede volverse vegetariano, pero debe procurar hacerlo responsablemente. Debe tener en cuenta que el cuerpo tiene necesidad de proteínas, y si éstas no se suplen, se puede convertir más tarde en una enfermedad”, sostuvo la nutricionista.
No obstante, asevera que la dieta vegetariana llevada responsablemente, es la forma más saludable de vivir, esto, si es acompañada de un entrenamiento físico constante, para estimular y cuidar los músculos del cuerpo. Para ello, recomienda comer leguminosas y mezclarlas con cereales como el arroz, también consumir quinua, soya y sus derivados, como, por ejemplo, el tofu.
“Esta es una decisión de vida, no es una moda, ni debería hacerse para alcanzar una posición estética, por tanto, requiere que se haga de forma responsable. No es recomendable hacerlo con niños porque están en pleno crecimiento y desarrollo”
concluyó Velosa
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¿Dejar de consumir carne es esencial para mitigar el cambio climático?
“Dejé de consumir carne cuando me di cuenta que tenía que hacer una serie de cambios en mi vida a nivel ambiental. No podía dejar de utilizar plástico cuando el consumo de carne afecta de forma considerable el medio ambiente. Se trata de ser coherente” Lauren Franco, Comunicadora Social y Periodista vegetariana.
Aunque la carne bovina se compone de un 10% de grasa, aproximadamente un 20% de proteína y un 70% de agua, y es en consideración, uno de los productos favoritos de la población mundial, cambiar la manera en cómo se produce y comercializa, debería ser la prioridad de las grandes industrias para mitigar el cambio climático, problema ambiental, que afecta cada vez, con más contundencia al planeta.
Hasta mediados del siglo XX, la carne era considerada como un signo de prosperidad, motivo por el cual, muy pocos la consumían. Sin embargo, entre 1961 y 2011 su nivel de consumo incrementó en un 2,9%, es decir, una persona come aproximadamente 250 millones de toneladas al año, y este número llegaría a duplicarse para el año 2050, según, la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO).
El consumo excesivo de estas carnes rojas procesadas, ha hecho posible una mayor demanda en su producción descomunal, y ello, afecta de forma considerable varios aspectos en el medio ambiente.
En primera instancia, criar y alimentar bovinos, conlleva a la deforestación de grandes terrenos. Este conflicto ambiental se ha intensificado de forma exorbitante en América Central y América del Sur, donde la expansión de los pastizales para la producción ganadera de las grandes industrias, ha sido una de las causantes de esta enorme destrucción. Cabe resaltar, que los daños ambientales que ello genera, libera millones de toneladas de bióxido de carbono en la atmósfera y causa la extinción de miles de especies todos los años.
Así mismo, la ganadería ha estimulado el despojo de muchos campesinos de sus tierras por la cantidad de hectáreas de dominio que se necesita para llevarla a cabo.
En UNIMINUTO Radio hablamos con Miguel Ángel Julio, ambientalista colombiano, quien indica que “La ganadería, se ha convertido en un cómplice para la usurpación de tierras. He conocido territorios como el Guaviare, Vichada, incluso en el Meta y el Caquetá, que tienen muy pocas cabezas de ganado en inmensas extensiones de tierra, lo cual garantiza entonces, que haya una propiedad de uso frente al territorio, y eso se convierte en una excusa para quitarle la tierra a los campesinos”.
También, entra en consideración que las industrias ganaderas, ya no alimentan a los bovinos como se hacía en años pasados, donde era muy frecuente la alimentación con pastos y vegetales, ahora, se les mantiene principalmente con cereal o concentrado, y para su cosecha son necesarios, no solo grandes terrenos, también, el uso de muchos litros de agua por hectárea.
“Para que nosotros cultivemos por lo menos un kilo de maíz, se requieren por lo menos cerca de 1.500 litros de agua por hectárea, y a esto debemos sumar, los 15.000 litros de agua que se utilizan para mantener a los vacunos. Es aquí donde se hacen evidentes esos desfases”, explica Julio.
El ambientalista, advierte sobre la necesidad de generar otro tipo de costumbres culturales, que impidan que el impacto de la industria cárnica, siga afectando al medio ambiente de la manera como lo viene haciendo.
Ahora bien, es importante mencionar que las flatulencias de las vacas, liberan un poderoso gas llamado Metano. Este, hace parte de los gases de efecto invernadero que más promueve el cambio climático, afectándolo con severidad.
Es inflamable y tóxico. Se caracteriza por ser más caliente y dañino que el dióxido de carbono, por tanto, contribuye de forma considerable al Calentamiento Global del planeta.
Actualmente la industria ganadera genera el 15% de los gases de efecto invernadero que más afectan el medio ambiente.
“No solamente estamos hablando que el consumo de carne excesivo genera impactos terribles en la salud humana, también, los genera de manera irreversible en la resistencia de nuestro planeta”, concluye Miguel Ángel Julio.
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Dadas las condiciones anteriormente expuestas en este artículo, son cada vez más las personas que practican el vegetarianismo, y no siempre para tener un estilo de vida amigable con el medio ambiente y saludable para el cuerpo, sino también, porque creen que ello libera a muchos animales del “sufrimiento”.
El respeto por la vida animal, es una de las motivaciones de esta filosofía, que se basa en la “No explotación de los animales” y poder abastecer las necesidades humanas sin ellos. Para muchos vegetarianos, ética y moralmente es correcto serlo, porque son conscientes de que son seres vivos.
“El principio moral y ético es no hacerle a un ser vivo lo que no te gustaría que te hicieran a ti” indica Salomón Abdel Hafed, agricultor y vegetariano hace 25 años, y fundador de varios colectivos que luchan por los derechos de los animales.
Como Salomón, también está Esteban Galindo, constructor y gestor en arquitectura, activista y animalista. Es un joven que practica el vegetarianismo hace 7 años y el veganismo hace tres. Comenzó sus primeros pasos en esta ética, cuando se dio cuenta que el consumo de carne fomentaba el maltrato animal y generaba daños irreparables al medio ambiente.
“Me movilizo, porque creo que es necesario incentivar a los demás de que podemos llevar una vida sin necesidad de consumir productos de origen animal, y brindar las razones suficientes para no apoyar las corridas de toros, para no pegarle a un perro en la calle, para no comprar ni comercializar animales”
Galindo, afirma que ha sido una experiencia realmente enriquecedora para su vida. Comprendió y reflexionó, luego de muchas investigaciones, que podía generar empatía hacia la vida de todos los seres vivos, “entendí que ellos también tienen alma”, asevera.
Y agrega que “soy deportista amateur. Soy atleta en un equipo que se llama Corriendo por los Animales, casi todos somos veganos. También jugamos fútbol y practicamos ciclismo. Lo hacemos porque queremos demostrar que nosotros los vegetarianos y veganos, también podemos llevar una vida saludable y enérgica, fuera de los estigmas sociales”
Como ellos, existen muchos jóvenes alrededor del mundo que se mueven a través de la escena cultural y deportiva para defender el planeta, la vida y el derecho de los animales. Juventudes, que creen que es posible reinventar el mundo sin sufrimiento, como bien lo decía “Mahatma Gandhi” un mundo sin violencia.
Por tanto, sin importar cuál sea nuestra postura frente a lo que creemos correcto o no, podríamos preguntarnos después de leer este artículo si ¿es el consumo de carne, un estilo de vida realmente saludable?
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