Tomada de:http://www.teorema.com.mx/legislacionambiental/nacional/impulsan-igualdad-genero-lucha-hambre/
Para el programa de hoy el invitado fue el profesor Mauricio Pantoja, psicólogo clínico de la Universidad de Barranquilla, quien considera la idea de que en Colombia la lucha de igualdad apenas comienza; además, afirma que “estamos en una sociedad medieval”, una sociedad donde la mujer, el hombre, el niño, el negro, el homosexual, el pobre y demás, son trasgredidos, humillados, señalados de diversas maneras, pero nadie reconoce nada, a pesar de que todos somos “igualitos” en derechos, deberes… no hay respeto, ni cuidado por el otro.
Así, pues, el tema que hoy nos concierne a todos es el de la “Alteridad Humana”: ¿Cómo tratar un tema de reconocimiento del otro en Colombia, siendo éste un país tan desigual?
La influencia de la colonización española en América ha causado que, desde hace ya varios siglos, específicamente los latinoamericanos hayan transformado sus vidas para responder por los intereses de otros individuos que impusieron sus creencias, costumbres, tradiciones y demás. Es decir, desde el descubrimiento de América, hecho histórico tradicional, se instauraron relaciones de poder patriarcales en donde el hombre blanco (Varón) es quien domine, en donde el sujeto latinoamericano, indio, negro y demás haya desarrollado el papel del sumiso, subalterno ymarginado. A medida que han trascurrido los años, estas formas de desigualdad y de relaciones de poder entre las personas de Latinoamérica, se han venido naturalizando; pero también se han creado más formas de dominación que excluyen, señalan y/o discriminan a los sujetos, según su raza, orientación sexual, clase económica, gustos e intereses, entre otras variables.
Ahora bien, trasladando toda esta problemática a nuestro contexto colombiano, podemos seguir el planteamiento del profesor Pantoja, cuando dice: “Estamos en una sociedad medieval” donde la religión y el Estado, son conducidos por la avaricia y la corrupción y, aun así, controlan la vida de los seres humanos, creando estereotipos, excluyendo formas de vida y demás. Aunque hace ya mucho tiempo han acontecido diversas revoluciones por la lucha del reconocimiento del negro, la mujer, los homosexuales, Colombia sigue siendo un país totalmente desigual. Los asesinatos, las violaciones, las agresiones a las mujeres, niños, homosexuales, entre otros, siguen acrecentando cada vez más sus cifras. ¿Cuál es el problema? La publicidad amarillista de los medios se ha centrado en fomentar el desenfreno por atacar al otro; la mujer se ha convertido en un objeto sexual: el homosexual se ha convertido en el nuevo demonio; el pobre es la basura; el político es el santo; y los programas que educan son Caracol y RCN.
El pudor, el respeto, el cuidado, el reconocimiento son cosas que la mayoría de colombianos no conocemos, ¿por qué? Por la influencia de los dirigentes que no viven por su pueblo, por el morbo y el machismo de los hombres a quienes su vida enaltece su pequeño órgano sexual, por religiones que matan o dejan morir a personas que no creen en sus dioses o no dan su diezmo cada mes, por políticos que compran votos por dinero, por hombres y mujeres que abandonan a sus hijos, por los violadores de todo tipo, por quienes consideran que su vida es Facebook, WhatsApp, twitter.
Acaso Colombia no tiene las posibilidades de cambiar, surgir, evolucionar o ¿Seguimos creyendo que una firma de supuesta “paz” con las FARC es suficiente para nuestros problemas? Nuestro país, nuestro contexto latinoamericano, ha caído en un absurdo de luchas sin sentido, luchan aquí, luchan allá, luchamos por acá, ¿Hay cambios? o seguimos haciendo el ridículo, siendo en la escala de poderes los de más abajo, las más fáciles masas de manipulación. El consumismo, la avaricia, la guerra, el sexo, la intolerancia, los prejuicios, la envidia, el tráfico de drogas, las personas, siguen haciendo de Colombia, un pequeño y oscuro “monstruito” amaestrado.
Conduce Alejandro Montaño